Antes de comenzar a ver los fiordos, que mejor que atender a la oferta cultural de la capital de Noruega. En Oslo, destacan dos edificios por su especial simbología, la Iglesia de Gamle Aker, y la Fortaleza de Akershus.
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De estilo románico y construida en el siglo XI, la Iglesia de Gamle Aker es el edificio más antiguo de Oslo. La Fortaleza de Akershus, desde hace más de 700 años, ha sido la principal defensa de la ciudad.
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La calle principal de la ciudad, Karl Johans, permite transitar por el centro de la ciudad y contemplar los edificios más importantes como son el Palacio Real, la Universidad, y el Parlamento.
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El Parque Vigeland es un museo, pero no un museo entre cuatro paredes, sino que es un museo al aire libre donde se pueden aprecia esculturas de granito y bronce del escultor noruego Gustav Vigeland.
Con 16 kilómetros de longitud, el Geiranger está considerado el fiordo más espectacular del país. Rara es la postal que podemos encontrar en cualquier tienda de souvenirs de Noruega en donde no aparezca fotografiado este fiordo, y es que probablemente sea en el que más postales sale. En el año 2.005 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cada año alrededor de 200 cruceros recorren sus aguas, y más de 700.000 turistas casi en peregrinación acuden a visitarlo.
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