Roma está llena de lugares impresionantes. Y uno de ellos es el Panteón. Para muchos, es uno de los lugares más bonitos del mundo. Cuando te adentras en la Piazza della Rotonda de Roma, la vista del edificio es realmente magnífica.

Ya desde el exterior llama la atención por su arquitectura, que nos recuerda a un tempo griego. Una vez dentro, nos sorprende su grandeza, la belleza de la arquitectura en mármol, y el ambiente tan especial que se crea en su interior. Pero sobretodo, su cúpula.

Se trata de una de las obras maestras de la arquitectura romana. La perfección se refleja en sus medidas, que son exactamente iguales en su altura y en su diámetro: miden 43,30 metros.

Al levantar la vista podemos ver que un enorme óculo, de 9 metros de diámetro, remata la cúpula, dejándonos ver el cielo sobre nosotros. No es de extrañar que un lugar tan excepcional albergue en su interior la tumba de otro de los grandes artistas italianos de todos los tiempos: Rafael.

El Panteón fue construido sobre un edificio anterior en el siglo II d.C., en la época del emperador Adriano. Se le conoce también como Panteón de Agripa, ya que fue Marco Agripa quien levantó el edificio original en el año 27.

Más tarde, en el año 608, fue donado al papa Bonifacio IV y el templo dejó de ser pagano y se convirtió en un templo católico.

El exterior del Panteón es un lugar muy animado, no solo por la cantidad de turistas que lo visitan, también porque es un lugar habitual para quedar. Además, lo animan la cantidad de músicos que tocan en los alrededores. Es un buen lugar para detenerse a descansar y contemplar este edificio que nos observa con sus 2000 años de antigüedad.

Además, a tan solo unos minutos podemos encontrar varios lugares para disfrutar de un café o un delicioso gelatto.

La entrada al Panteón es gratuita y se puede visitar de lunes a sábado de 8.30 a 19.30 y los domingos de 9.00 a 17.30.

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