La península de Anatolia (la actual Turquía) fue dominada, desde el siglo XVII al XII a.C., por el poderoso Imperio hitita. El pueblo, de origen indoeuropeo, tenía su propia lengua y su propia escritura jeroglífica. Con una gran superioridad diplomática y militar sobre las otras ciudades-estado próximas (que llegó a aglutinar bajo su seno), fue capaz de situarse como la tercera potencia de Oriente Medio, tan sólo aventajada por Babilonia y Egipto.
Los hititas, expertos en el arte de la guerra y duchos con el trabajo de los metales (sobre todo del hierro), tras tres mil años de gloriosa existencia, su Imperio consiguió desaparecer de los anales de la Historia sin apenas dejar ninguna huella. ¿Cómo podría ser posible algo así? La respuesta vino de la mano de un grupo de arqueólogos quienes, hace un siglo, hicieron renacer el antiguo esplendor de este pueblo y lograron sacar a la luz las ruinas de la que había sido su capital, Hattusa, siendo capaces a su vez, de descifrar los secretos de su escritura.
Aunque se han barajado un montón de hipótesis variopintas acerca de su desaparición (por ejemplo: que fueron derrotados por los llamados Pueblos del Mar), lo cierto es que todo parece indicar que el Imperio hitita se mantuvo “vivo” hasta el siglo VIII a.d. C. a través de lo que se han venido a denominar los reinos neohititas, aquellos que fueron vencidos totalmente por el ejército asirio.
El fabuloso descubrimiento arqueológico fue, de hecho, fruto del azar. Charles Textier, arquitecto francés, fue encargado por su país para buscar ruinas de época clásica en Asia Menor. En su viaje encontró, al este de Ankara, las ruinas de una ciudad que no guardaba ningún parecido con las romanas de la Antigüedad. A esto, hay que sumarle que también desenterró unos maravillosos relieves inscritos con un lenguaje enigmático y un montón de pruebas de una cultura espléndida y compleja, entre las que cabe destacar las esfinges pétreas de Alaca Hüyük, descubiertas por el británico William John Hamilton.
¿Quiénes habían sido los artífices de todo aquello? La solución vino años más tarde, cuando se confirmó que todos aquellos restos pertenecían al pueblo hitita, cuya lengua indoeuropea es de la que más textos se han conservado.
Foto Vía: Turquía y sus huellas
Vótame0
Me gustó el post, saludos
Comentario por anya27-09-2011 @ 20:29