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spacer Izquierda Anticapitalista

La miserable soberbia de la derecha cántabra lleva a Patxi Ibarrondo a la indigencia

Viernes 15 de junio de 2007

spacer Santiago Mantecón-Cabarga

"(...) Indagar en el fondo de los asuntos de Santander es peligroso, y se ha demostrado ya en no pocas ocasiones. Lo hemos podido confirmar hace bien poco, asistiendo a la labor de laminación del semanario La REALIDAD, intento de publicación de izquierda radical (es decir, no vendida) que la mafia local ha conseguido estrangular echándole al cuello todas las sogas imaginables, empezando por las judiciales.

He tenido ocasión de comprobar a qué extremos ha llegado esa persecución. No sé si los de Basta Ya habrán sufrido un maltrato parejo. Quizá ellos también hayan tenido que aguantar que haya gente que se cambia de acera para que no la vean saludándoles o hablando con ellos, pero ellos al menos han podido encontrar consuelo en otras partes. En Madrid nunca les han faltado altavoces. Van a Córdoba y hasta los homenajea la alcaldesa comunista (con perdón). Los de La REALIDAD se lo han tenido que comer todo a palo seco. Sin periódicos de postín que les pagaran los artículos como Dios manda. Sin empresarios que les organizaran simposios con los que atender todos los plazos de todas las hipotecas. Sin radios que los convirtieran en contertulios afamados.

Hay apestados de lujo y hay apestados de tercera. A uno de los principales promotores de La REALIDAD, Patxi Ibarrondo, han llegado a embargarle su pensión de invalidez (¡tal cual!) para cubrir las costas de un proceso en el que fue condenado no por mentir, sino porque una juez, que es de tiro fijo, entendió que cierto escrito amparado por él podía menoscabar el honor de un pluriempleado del PP y de Caja Cantabria, cuyas ejecutivas comparte. Comparado lo que La REALIDAD dijo de ese individuo con lo que algunos medios de Madrid dicen a diario de éste, del otro y del de más allá, es de risa, pero en Santander las cosas funcionan con otras reglas, que en Sicilia no extrañarían a nadie, pero que a mí me siguen pareciendo un auténtico escándalo. (...)".

Javier Ortíz en
www.javierortiz.net/jor/apuntes/santander-basta-ya

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En VIENTO SUR número 67, de marzo de 2003, Patxi Ibarrondo, Pedro Venero y Yolanda Seco explicaban en su artículo "la REALIDAD" de Cantabria. La lucha por la vida de un periódico digno y rebelde todo el proceso de construcción, vida, acoso y derribo sufridos por el semanario crítico, a cargo de las acciones judiciales y de todo tipo emprendidas por la ultramontana derecha cántabra.

Efectivamente, en diciembre de 2001, después de dos años de vida y de lucha por la estabilización social y económica del semanario, la cooperativa que editaba La REALIDAD no tuvo más remedio que decidir finalizar su edición. Este bloqueo fue provocado por la ejecución provisional de una sentencia de 120.202 euros decretada por la jueza Laura Cuevas a instancias de Carlos Sáiz (ex secretario general del PP cántabro, ex presidente de Caja Cantabria y diputado en el parlamento regional). En enero de ese mismo año el gobierno Aznar promulgó La Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) que facilitaba, por primera vez este tipo de acciones judiciales.

Un artículo satírico en el que se informaba de un viaje del entonces Presidente de Caja Cantabria, Carlos Sáiz a Suiza, junto con la secretaria del grupo parlamentario popular en el Parlamento cántabro, fue lo que motivó la condena que abocó en la desaparición de La REALIDAD. Según la jueza mencionada en su sentencia "se presupone popularmente que cuando alguien va a Suiza lo hace por asuntos poco claros o sospechosos, lo que supone un menoscabo contra la imagen ética del señor Sáiz", decidiendo aplicar la pena máxima posible: la indemnización de 120.202 euros por el derecho de "honor" del demandante. Evidentemente, la desproporcionada sentencia ponía fuera del borde del abismo la estabilidad del semanario.

Un escándalo contra la libertad de expresión, una censura mediante la asfixia económica de un periódico con dos años de edad y en pleno proceso de implantación, que se perpetró ante la indiferencia de las fuerzas políticas de izquierda "oficial". Ahora que los resultados son la persistencia en la persecución al director de La REALIDAD está claro que se persigue un escarmiento, con intimidación y venganza incluidas. Las informaciones del semanario les impidieron suculentos negocios urbanísticos ya en marcha a sectores empresario-políticos regionales que no saben donde empieza la público y acaba lo privado o viceversa (seguidores de Zaplana, parece ser, en la concepción de "yo estoy en política para ganar dinero"). Desde el periódico se ejercía un periodismo de investigación que desvelaba cada semana serios asuntos de corrupción y concomitancias entre determinados políticos en el poder y sectores inmobiliarios de corte especulativo. Como no encontraban fisuras en los reportajes de denuncia, emprendieron una escalada de demandas contra la sección satírica "Tinta Confidencial". Hasta que encontraron jueces receptivos a sus requerimientos.

Tal es así que, un año y medio después, la Audiencia Provincial de Cantabria, aún admitiendo algunas de las tesis de la jueza, rebajó dicha indemnización a 12.002 euros. En este caso, como en muchos, un "cero" es algo más de lo que indica aparentemente. Delimita claramente una estrategia, y colaboración entre poderes, bien diseñada. No dirigida a la salvaguarda del honor de nadie, sino directamente a atacar un medio de comunicación que, aunque débil e incipiente, parece que era incómodo para diversas áreas del poder político y económico regional.

Posteriormente, en 2006, La REALIDAD y, más en concreto, su director, sufrieron otra agresión (con el semanario ya desaparecido en diciembre de 2001). El bufete del abogado Javier Valladares, defensor de Patxi Ibarrondo y del periódico, no se presentó ante el recurso de casación pendiente de resolver en el Tribunal Supremo (que se había planteado). Solamente se presentó el procurador del acusador Carlos Sáiz-Partido Popular. Con ello, la sala del Supremo lo tuvo fácil... no podía hacer más que ratificar la resolución de la Audiencia Provincial. Pero ¿qué pintaba también Carlos Sáiz-PP, después de cinco años con el periódico cerrado, habiendo conseguido sus objetivos, persistiendo en la persecución a esos niveles ya, tan personales? ¿Tienen miedo de que La REALIDAD vuelva a resurgir de sus cenizas, o lo que quiere es la pasta, o "la plata" como dicen nuestros amigos y amigas latinos? La única explicación para toda esta ignominia está en relaciones de favor, conspiración y corrupción que atraviesan una sociedad podrida. Cantabria es una comunidad donde se consagran todo tipo de impunidades y de vendetas al más puro estilo siciliano. Por algún tipo de designio o casualidad, esta región se rige por la ley del silencio en todos los terrenos, tanto públicos como privados.

La ley del silencio

En enero de 2002 y meses posteriores tuvieron lugar diversas movilizaciones populares en defensa del semanario. Manifestaciones y actos en las que participaban más de mil personas. Cartas de los lectores y lectoras a los medios de comunicación convencionales. Intentos de constituir una nueva sociedad editora que se prolongaron durante un año y medio. A finales de 2002 La REALIDAD fue galardonada con el Premio del Año del Club Internacional de Prensa y en enero de 2003 se organizaron unas "Jornadas por la Libertad de Expresión" en las que participaron periodistas reconocidos a nivel general, periodistas de Cantabria, profesionales del derecho (incluso el Decano de la Facultad de Derecho de Cantabria); artistas reconocidos de la cultura musical, artística, teatral, etc... y medios alternativos como Nodo50, Molotov (embrión en aquellos momentos de lo que hoy es el quincenal Diagonal, etc..).

Todas estas actividades y movilizaciones han sido reales. Sin embargo en ningún momento fueron dignas de consideración ni en una línea para los medios de comunicación de Cantabria. Ni para bien, ni para mal. La "ley del silencio" en el caso La REALIDAD ha imperado en todo momento salvo para cuestiones que podrían ayudar al cierre del semanario. Nunca para otra cosa. En la última semana de 2001 (cuando salía a la calle el último número de La REALIDAD -que tampoco apareció ninguna noticia al respecto en los medios regionales-) la redacción del semanario recibió una llamada de la Asociación de la Prensa de Cantabria. No era para entablar ningún tipo de solidaridad con el periódico (de hecho, esta asociación de periodistas nunca apareció por lado alguno, ni en movilizaciones ni en acciones de opinión de medios). Eso sí, llamaba una secretaria de esa asociación para preguntar a la redacción si iba a seguir publicando el periódico, o no, para el próximo año... "era para ver si quitaban, o no, a La REALIDAD del listado anual de medios que publica dicha Asociación". Creo que con eso está dicho todo y mas que demostrada la existencia de la "ley del silencio" real existente en este ámbito social y territorial.

Intentos de recuperación

Entre el cierre de La REALIDAD y las Jornadas celebradas un año después, existieron intentos de dinamizar una respuesta social organizada que desembocara en la constitución de una nueva sociedad editora con cierta capacidad de continuar con el proyecto.

La lentitud de la justicia (pasmosamente rápida, sin embargo, para sentenciar y ejecutar sentencias a La REALIDAD y extremadamente lenta en la resolución de las apelaciones -más año y medio para rebajar la indemnización desde la Audiencia Provincial-), la actitud autista de la izquierda política "oficial" acompañando la "ley del silencio" sin ningún tipo de vergüenza, la situación personal de los trabajadores y cooperativistas de La REALIDAD (tanto el director, Patxi Ibarrondo, como otros miembros dirigentes de la cooperativa cayeron enfermos a causa del estrés sufrido durante un tiempo muy prolongado) dieron como resultado que, aunque las jornadas de la Libertad de Expresión celebradas fueran un éxito de participación, se constatara en los primeros meses de 2003, la imposibilidad de cumplir los objetivos de construcción de alguna sociedad editora alternativa y popular.

El Partido Popular, o sus verdugos (la mezcla de la estrategia de su Secretario General Carlos Sáiz en combinación con el trabajo y las increíbles "tesis" de la jueza Laura Cuevas), habían ganado la partida. Por el momento, tardará un tiempo el que en la sociedad de Cantabria pueda haber algún medio de comunicación que "cuente las verdades del barquero". La REALIDAD acumuló demandas y querellas en batería, por valor de más de 600.000 euros durante su primer año de presencia en los quioscos.

Entre los querellantes: Ignacio Diego, presidente actual del PP y cabeza de lista de este partido a la presidencia de Cantabria y Miguel Ángel Revilla, del centrista-derechista PRC, presidente en funciones -pendiente de nuevo pacto con el PSC-PSOE a la hora de escribir este artículo-. Revilla, incluso, se querelló criminalmente contra el semanario y su director, siendo archivados sus berridos.

Además, los más significativos y permanentes alcaldes PP de la Comunidad Autónoma, concretamente aquellos de los municipios costeros más azotados por la especulación urbanística, también se sumaron a la fiesta de mantener continuamente a la dirección del semanario en los juzgados.

La construcción de una nueva alternativa debería contemplar este problema añadido (además de los normales para la puesta en marcha y desarrollo de cualquier medio de comunicación). Por ello, el listón para hacerla viable quedaba lejos en 2003 y lo es, aún hoy en 2007, siempre que se quiera mantener un carácter social y popular en su desarrollo e implantación. Es decir, que para poder levantar una alternativa de comunicación en Cantabria, además de los estudios y estrategias económicas y sociales, es necesario contemplar un capital de reserva de unos 600.000 euros al año para poder hacer frente a todo el caciquerío y fascismo imperante (no vaya a ser que un juez o jueza juegue al golf con algún dirigente político y atienda amablemente las querellas que el poder plantee al medio de comunicación).

Persecución sistemática y salvaje

A los seis años del cierre de La REALIDAD, una vez conseguido el objetivo de dilapidar el proyecto periodístico poco cabía esperar de que continuara el acoso y la persecución enfermiza por parte del único personaje que tiene "herramientas" para ello (Carlos Saiz, ex-Secretario General del Partido Popular cántabro, con la presidencia de Gonzalo Piñeiro). A estos años de distancia, la mayoría de los miembros de la cooperativa editora sobreviven a duras penas en la precariedad laboral sin apenas ingresos y con ayudas familiares. En el caso de su director, Patxi Ibarrondo (por otro lado la persona contra la que "nominativamente" fueron las demandas) en julio de 2004 fue diagnosticado del mal de Parkinson. Sin ningún problema relevante o aparente de salud hasta entonces, los tribunales médicos concluyeron que la enfermedad le sobrevino por el "estrés intenso y prolongado" al que estuvo expuesto en el periodo anterior.

Desde entonces, recibe una ínfima pensión de invalidez de los servicios sociales por su incapacidad para trabajar. Esta ayuda a la discapacidad es la que ha sido embargada en su totalidad por orden de la jueza Laura Cuevas a instancias del demandante Carlos Sáiz. La mencionada jueza ordenó, el pasado abril, el bloqueo de la cuenta bancaria donde Patxi Ibarrondo recibe la pensión de invalidez como afectado de Parkinson. Es la segunda providencia decretada por la magistrada contra el depósito de Ibarrondo. En la primera, la jueza ordenaba confiscar el 12% de la pensión (el baremo máximo permitido por la ley) para pagar los 12.020 euros de la indemnización sentenciada por la Audiencia Provincial de Santander. He ahí el sospechoso celo que Cuevas tiene en el caso de Patxi Ibarrondo y La REALIDAD. Si ya confiscó el 12% de la pensión ¿cómo pueden o se atreven a embargar a continuación la totalidad de los pequeños recursos que el director de La REALIDAD pueda tener en la cuenta bancaria donde recibe el subsidio? La juez no puede ignorar que ello significa dejar a una persona en la indigencia más absoluta y jugar con su supervivencia.

Parece evidente que desde el PP y la judicatura ultraconservadora se está pretendiendo utilizar La REALIDAD y a Patxi Ibarrondo (su editor-director) como escarmiento y cabeza de turco. Utilizando el insólito arma letal del "honor", se aseguran de que ningún otro periodista independiente más tenga la tentación de ejercer con plenitud la libertad de información. Y ésto no es gratuito. A seis años del cierre del semanario los movimientos judiciales de ejecución de sentencias continua. Ibarrondo está pendiente de la posibilidad de que le requieran otros 15.000 euros de indemnización, sancionados por un juez sustituto. Esta vez por publicar varios artículos en los que se mencionaba a Francisco Rodríguez Argüeso, hasta ahora portavoz del Grupo Popular en el Parlamento de Cantabria y Presidente de la Obra Social de Caja Cantabria. El director de La REALIDAD es imputado de responsabilidad subsidiaria al esgrimir el secreto profesional para no desvelar la identidad de los autores de varios artículos de opinión y denuncia en la sección "Concejo Abierto" (Tribunas y Cartas al Director) de La REALIDAD, que no eran otros que "un grupo de militantes del PP críticos con Argüeso".

La Ley de Enjuiciamiento Civil y las Leyes anti-insultos (insult laws)
Los apartados de la LEC (Ley de Enjuiciamiento Civil) que dilapidaron el proyecto de La REALIDAD fueron reformados por el propio gobierno de Aznar que la había propugnado en diciembre de 2003. Surtió efecto la presión de las organizaciones de periodistas, que la consideraron un peligro para la supervivencia de medios con pocos recursos. En esta lucha y éxito de la presión de estas organizaciones mucho tuvo que ver el "caso La REALIDAD".

A partir de ese momento, las indemnizaciones por violación de derechos fundamentales (lo del "honor", intimidad y la propia imagen) no podrían ser aplicadas ya de manera provisional cuando entraran en colisión con la libertad de información. Demasiado tarde para La REALIDAD (aunque después de muerta, ganara esta batalla). Ante el precipitado embargo de la cabecera y bienes decretada por la jueza Laura Cuevas, con una plantilla de 30 personas en el desempleo, sus cooperativistas cayeron en la insolvencia, incluso para hacer frente a los 12.020 euros a los que rebajó la indemnización por el "honor" de Carlos Sáiz la Audiencia Provincial de Santander.

En su reiterada referencia al caso de La REALIDAD, el periodista Víctor de la Serna recordaba el 22 de mayo de 2007 en su columna de "El Mundo", con el titular "Más persecución en Cantabria"
(www.elmundo.es),
cómo los directores del Instituto Internacional de Prensa (IPI), del Comité Mundial de Libertad de Prensa (WPFC) y de todas las demás organizaciones dedicadas a la defensa de la libertad de expresión se dirigieron a Göran Persson en 2001 (entonces Presidente de turno semestral de la UE), para llamar su atención sobre casos como el del semanario cántabro. "Las llamadas leyes de insultos (insult laws), diseñadas para proteger el honor y la dignidad de cargos públicos", decían, "son anacronismos que privan al público del derecho a estar informados. Bajo la apariencia de protección del derecho al honor, las leyes de insultos se utilizan para silenciar el periodismo crítico, aunque esté basado en hechos (...). Estas leyes alientan una cultura del secreto al dar cobijo a personajes corruptos o incompetentes, al evitar revelar la mala gestión de los asuntos públicos (...). Son, por tanto, restricciones de la libertad de expresión que no tienen lugar en una democracia".

PostData

Miguel Romero, director de VIENTO SUR, en un trabajo académico sobre medios de comunicación alternativos comenta lo siguiente, entre otras cosas respecto al caso La REALIDAD que nos ocupa:

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"(...) a pesar de la modestia de sus medios y de su difusión, la tozuda presencia semana a semana en los kioscos de La REALIDAD, cuestionó la impunidad del poderoso entramado de poder político-económico local, que lo señaló como un enemigo a batir.

La utilidad y la necesidad de una prensa alternativa de kiosco está precisamente aquí, en su fuerza potencial para el disenso, para la creación de marcos alternativos de interpretación de la realidad y por tanto de intervención sobre ella, al abrir una brecha en los consensos básicos de sumisión ciudadana, alimentados por el monopolio de la prensa convencional escrita.

Así, La REALIDAD sólo consiguió parcialmente, y después de pelearlas mucho, las subvenciones públicas a las que tenía derecho. Soportó un boicot publicitario de los grandes anunciantes públicos y privados; sólo logró publicidad pagada de pequeños anuncios (que con mucho esfuerzo alcanzaron un nivel apreciable: 20% del espacio y 10% del ingreso); incluso hubo quien pagó la publicidad pero no quiso insertarla por temor a represalias ("hemos visto el miedo en los ojos de la gente y nos han pedidos disculpas por no `poder´ ayudarnos, aunque estuvieran totalmente de acuerdo con nuestro periódico y con lo que en él se decía").

Los problemas con los enemigos eran previsibles; no así los problemas con "los amigos". La prensa alternativa necesita contar con apoyos políticos y sociales efectivos que creen una relación de fuerzas sostenible. En el conflictivo y fragmentado panorama de la izquierda social y política cántabra, La REALIDAD promovió el encuentro y el debate abierto con sus lectores, organizando hasta cinco asambleas en dos años, y evitó cualquier orientación partidista; esto fue una decisión sana y coherente con los objetivos y sentido del periódico ("nosotros proponíamos -y proponemos- una alternativa de prensa en la que los periodistas hagan su trabajo `sin ser la voz de su amo"), pero conflictiva respecto a la "cultura de posesión" enquistada en gran parte de la izquierda respecto a la prensa alternativa: sólo se apoya lo que se posee. Conflictiva también respecto a la prioridad a la prensa convencional, en atención y en gasto, por la parte de las organizaciones más potentes de la izquierda. (...)

(...) Aún en estas difíciles condiciones, La REALIDAD fue aumentando su difusión que llegó a ser en su último número (24 de diciembre de 2001, nº 99) de 1.100 suscriptores y 850 ejemplares de venta en kiosco, lejos todavía, pero más cerca del nivel de viabilidad económica. En una región de 550.000 habitantes se estimaba que había alcanzado entre 5 y 6.000 lectores. La REALIDAD logró pues salir de la marginalidad, en la cual la prensa alternativa puede ser tolerada, y esto fue precisamente lo que, al no recibir los apoyos políticos y sociales necesarios, la condenó. (...)".

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El espacio para la construcción de medios de comunicación alternativos existe. Al menos, eso demostró La REALIDAD combatiendo en una sociedad y espacios muy hostiles. Esta batalla ha servido como referencia para nuevos y admirables intentos que, felizmente, siguen resistiendo y a los que no sólo hay que desear larga vida, sino hacer lo posible para fortalecerlos y asentarlos desde todos los puntos de vista y lugares posible. Uno de ellos, por poner un ejemplo, es la oportunidad que todavía tenemos de fortalecer y garantizar la solidaridad activa con DIAGONAL. Y esto se hace fortaleciendo la suscripción a esos medios, apoyando el crecimiento en su publicidad, utilizarlos para las tareas de movilización y lucha de los movimientos sociales y, como no, para fortalecer el debate abierto, plural y respetuoso.

Pero la batalla común será cuando, como en el caso de La REALIDAD y como dice M. Romero, el medio salga de la marginalidad. Es entonces cuando empezará a sufrir los ataques de verdad y para lo que hay estar a la altura suficiente para defenderlos.

No obstante, no hay fracasos. A pesar de la enfermedad, a pesar del acoso judicial, a pesar de la precariedad y la indigencia la gente de La REALIDAD, con Patxi Ibarrondo a la cabeza, como periodista, escritor, experto en investigación periodística y director, no han fracasado. Han abierto algunos caminos que anteriormente no se veían, o se consideraban inexistentes. Eso se lo debemos todas y todos a Don Francisco Javier Ibarrondo Albo (como ponen en los autos judiciales) y sus compañeros y compañeras; por lo tanto, se merece reconocimiento, solidaridad y, sobre todo, HONOR. Ése que no tienen los miserables de la derecha ultramontana cántabra que siguen obstinados en su persecución.


Referencias y recursos:
WEB SOLIDARIA: www.otrarealidad.net

- Javier Ortíz en
www.javierortiz.net/jor/apuntes/santander-basta-ya
- Marta Molina en
www.periodistas-es.org/pes/artigo.asp?cod_artigo=1199
- Los dirigentes, en precario, de La REALIDAD.
- Victor de La Serna, martes 22 de Mayo en
www.elmundo.es/papel/2007/05/22/comunicacion/2126488.html
- ARCA
www.iarca.net/textos/index.php?x=2569
- Patxi Ibarrondo, Pedro Venero y Yolanda Seco en
www.vientosur.info/articulosweb/textos/home.php?x=105