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ENTREVISTA | SILVIA FEDERICI, AUTORA DE ‘CALIBN Y LA BRUJA’

“Creo que sigue teniendo lugar una caza de brujas”

Nos encontramos con la autora de uno de los libros revelacin de la editorial Traficantes de Sueos.

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Irene Garca Rubio y Beln Macas Marn
Martes 3 de julio de 2012.  Nmero 177  Nmero 178
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Silvia Federici (Foto: Brbara Boyero)

Aqu compartimos fragmentos de casi dos horas de conversacin intensa con esta profesora y activista, junto con Laura ‘Gaelx’ y Carolina Len.

DIAGONAL: En Europa, y especialmente en el sur, estamos experimentando unos procesos de privatizacin y cercamientos como los que, describes en tu libro, tuvieron lugar en los orgenes del capitalismo.

SILVIA FEDERICI: S, creo que sigue teniendo lugar una caza de brujas. En EE UU, durante los ltimos 20 aos, las polticas implementadas por los Estados constituyen un ataque econmico muy directo sobre las mujeres. Hay dos tendencias que estn afectando a la posicin de las mujeres y socavan su autonoma, en contra de la idea de que ahora la mujer goza de una mejor posicin social. Una es la falta de inversin en reproduccin social y los recortes sociales desde los ‘70 hasta ahora.

Todos estos recortes en sanidad y mbitos reproductivos, como el cuidado de los nios y ancianos, tienen un fuerte impacto sobre las mujeres. Esta situacin demanda mucho ms trabajo no pagado que ahora las mujeres tienen que hacer. Al mismo tiempo, ha crecido toda una campaa ideolgica que pretende controlar la vida de las mujeres, su sexualidad, su cuerpo, un esfuerzo mayor por controlar la capacidad reproductiva de las mujeres. En varios Estados se criminaliza a las mujeres si pueden “probar” que estando embarazadas han puesto en riesgo la vida del feto que estn gestando. Y desde luego la cuestin del aborto es muy importante. Algunos Estados han introducido en la ley que si quieres abortar tienes que realizar antes una prueba de snar transversal, que consiste en insertar un instrumento en tu tero para poder obtener una imagen ms ntida del feto con el propsito de hacerte sentir mucho ms culpable.

D.: De modo que los cuerpos de las mujeres siguen siendo objetivo de los cercamientos capitalistas.

S.F.: Siempre digo que los cuerpos de las mujeres constituyen la primera y la ltima frontera que el capitalismo tiene que colonizar.

D.: Por qu crees que la cuestin de los comunes est hoy en el centro de la discusin poltica?

S.F.: La cuestin de los comunes tena que estar en el centro de la discusin, y ha sido llevada ah porque a lo largo del mundo se ha impulsado la privatizacin de todos los espacios, del patrimonio natural, etc. Hasta el punto de que si no se paran estas tendencias pronto no tendremos acceso, salvo a travs del dinero, a los mares, a las playas, incluso a las aceras! No slo se ha privatizado tierra y bosques, sino tambin el conocimiento; sa es una de las cuestiones clave ahora mismo.

Otro factor son las luchas, sobre todo de la poblacin indgena de Amrica Latina y frica, como respuesta directa al colapso y a los ataques a los sistemas comunales. La lucha de los zapatistas ha sido muy importante para traer la discusin sobre los comunes a los pases industrializados, en los que la cuestin de la tierra no era tan importante. Estos desarrollos, que de alguna manera fueron activados por el proceso de reestructuracin de la economa global, han forzado a la gente a tomar conciencia de la importancia de las relaciones comunales.

D.: Pueden los comunes ser una alternativa al sistema pblico-privado, o slo un apoyo a lo pblico?

S.F.: Hoy en da lo pblico est siendo privatizado por el Estado. No lo controlamos, no tenemos capacidad de opinar en su gestin. Por eso lo pblico no es lo comn: lo comn es una gestin comunal de esta propiedad, desde la base, cuando creas formas de organizacin e instituciones que establecen este tipo de control y las reglas. Porque cuando tienes comunes, hay que tener reglas, no slo en trminos de derechos sino tambin de reciprocidad, del cuidado que hay que proporcionar al espacio, la tierra o los conocimientos. Estamos en el proceso de articular las formas de relacin y las instituciones que necesitamos para tener comunes que sean genuinos, que no sean cooptados y usados para, de algn modo, salvar el capitalismo.

D.: Qu tiene el feminismo que decir sobre la cuestin de los comunes?

S.F.: A escala global, las mujeres han tenido una presencia muy importante en la defensa y produccin de los comunes (porque no es slo una cuestin de defensa, tambin lo es de produccin, de producir nuevas realidades), y dado que, por mejores o peores razones, han estado muy involucradas en los procesos de reproduccin y han tenido menos acceso a los ingresos monetarios, han tenido un inters especial en luchar contra la destruccin de, por ejemplo, el patrimonio natural.

Otro elemento que me interesa mucho es cmo organizamos los hogares. Las mujeres han revolucionado todas sus relaciones: familiares, personales, de reproduccin, etc. Tenemos que repensar ese espacio desde la perspectiva de los comunes, reabrir el debate. Es una cuestin que implica tambin repensar el espacio, las actividades, la relacin entre el hogar y el vecindario...

D.: Cmo valoras el movimiento Occupy?

S.F.: Ahora es un movimiento internacional, por lo que es muy difcil generalizar. Pero soy bastante optimista. Me siento muy animada por el hecho de que se reconozca que la cuestin de la reproduccin es central. De que hay que ponerla en el centro de nuestra organizacin, incluso en la forma en que nos organizamos. Porque hay formas de organizarse que hacen que para mucha gente sea imposible participar, y esto ha sido uno de los problemas de los movimientos en los que predominan los hombres, y en los que slo si tenas entre 18 y 30 aos, estabas sano y sin personas a tu cargo, podas participar. Esa poltica ha sido, finalmente, insostenible, porque supone la exclusin de mucha gente. El movimiento Occupy se ha dado cuenta de eso. Creo que eso es un cambio cualitativo muy importante, que la vida en comn est introduciendo nuevos elementos en la organizacin poltica que son esenciales.

Hay que empezar a responder a nuestras necesidades, y eso implica que cuando te juntas para hacer poltica, te juntas en un sentido mucho ms amplio, no slo en un sentido abstracto de ser poltico y “no traigas aqu tus problemas personales”. En los ltimos dos o tres aos hemos estado hablando de que no queremos un movimiento que suba como una olla a presin y luego baje, sino un movimiento que pueda ser sostenible y crecer. Y que tenga muchos espacios, que ofrezca a todo tipo de gente la posibilidad de participar, que pueda responder a las necesidades particulares que tiene la gente y que no te obligue a compartimentarte para poder hacer poltica.

D.: Crees que el hecho de que hayamos puesto la reproduccin social en el centro se debe a que hay una crisis econmica?

S.F.: S, s, ahora la gente tiene que buscarse la vida ms all del salario. Todo eso se vuelve muy importante cuando tu salario o tu pensin se recortan un 30%, y tienes un montn de nuevos impuestos, con lo que el dinero no llega ni a mitad de mes.

D.: Cmo hacer sostenible la gestin comunal en la actualidad?

S.F.: Uno de nuestros principales problemas es cmo hacer real la idea de los comunes, con tantas posibilidades de ser cooptados. Una forma de mantenerse para m en la direccin correcta es darse cuenta de que comunes (commons) significa antes que nada desarrollar un inters comn para la comunidad (commoning). Esto nos lleva a descartar cuestiones que dividan: por ejemplo, no podemos tener comunes que excluyan a los inmigrantes.

Una de las fuerzas ms poderosas del capitalismo es la habilidad para crear diferentes regmenes de trabajo y acceso, para confundir y dividir. Muchas veces no somos conscientes de lo que se hace, porque estamos en una posicin relativamente segura. La produccin, la distribucin y el consumo se separan de modo que slo podemos ver una parte. Y ste es uno de los grandes poderes del capitalismo. Esta preocupacin tiene que estar en el centro, porque los comunes no tratan slo sobre un trozo de tierra, sino que tratan de acabar con las divisiones y las jerarquas que separan a la gente. No queremos ninguna prosperidad y ninguna revolucin que se realice con el coste del sufrimiento de otra gente. se tiene que ser el principio de los comunes.


Historiadora feminista

Silvia Federici es en la actualidad profesora de la Hofstra University de Nueva York. Esta historiadora ha sido activista feminista desde los aos ‘60, cuando particip en los debates sobre la importancia del trabajo domstico, trabajo invisible y no remunerado, un tema que le sigue preocupando y que piensa que habra que “reabrir” desde la perspectiva de los comunes. Su paso por Nigeria, donde trabaj como profesora durante varios aos en la dcada de los ‘80, le permiti estudiar el impacto de las polticas de ajuste del FMI y el Banco Mundial en frica. Gracias a esta trayectoria ha conseguido desarrollar una investigacin reveladora sobre los procesos de expropiacin de cuerpos, recursos y saberes desde los antecedentes del capitalismo hasta la actualidad.

CUATRO CONCEPTOS

Introduccin a la obra de Silvia Federici

LOS COMUNES

Los comunes son un sistema de gestin que no es ni pblico ni privado, por el cual una serie de bienes pertenecen a y son gestionados por una comunidad. Estos bienes pueden ser tanto materiales (tierras, ros, etc.) como inmateriales (conocimiento, cultura...). Los bienes comunales surgen durante el feudalismo, pero hoy todava encontramos ejemplos de gestin comunal: en zonas rurales de Espaa existen tierras y recursos que se gestionan en comunidad.

CERCAMIENTOS

Estos mecanismos de expropiacin de los bienes comunes son, para Federici, un rasgo estructural del capitalismo. Si en Europa durante la Edad Media el capitalismo avanz gracias a la expropiacin de las tierras comunales que permitan subsistir al campesinado, ahora polticas como los planes de ajuste estructural del FMI cumplen la misma labor, privatizando no slo tierras comunales sino tambin todos aquellos servicios que garantizan la reproduccin social.

CAZA DE BRUJAS

La cacera y quema de cientos de miles de brujas en los siglos XV y XVI, en Europa y el Nuevo Mundo, fue tan importante para el desarrollo de la sociedad capitalista moderna como la colonizacin, el comienzo de la esclavitud o la expropiacin de las tierras comunales al campesinado, segn la tesis de Federici. La caza de brujas tambin constituye un intento feroz de destruir el poder que haban ejercido las mujeres sobre su capacidad reproductiva, que resulta demonizado.

ACUMULACIN ORIGINARIA

Federici desarrolla el concepto acuado por Marx para sealar que este proceso intrnseco al capitalismo y necesario para su nacimiento (concentracin previa de capital y de trabajo, y separacin de los trabajadores de los medios de produccin) afect de forma especial a las mujeres. Este periodo sangriento gener una nueva divisin sexual del trabajo: los hombres se encargan del trabajo productivo y salarizado y las mujeres de tareas reproductivas, que pasan a ser un trabajo invisible y no pagado.

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1 Mensaje

  • “Creo que sigue teniendo lugar una caza de brujas”

    24 de agosto 18:41, por Feminista velluda y con perolas enhiestas

    Algunas conclusiones de la investigacin histrica de Federici son buenas. Pero lo ms revolucionario, es buensimo!, lo revelador son las propuestas de reorganizacin de los movimientos sociales, hay que estar muy atentos/as a lo que dice.

    Algunos conceptos clave. El primero y ms clave es una de las estrategias del capitalismo, muy visible pero que no se dice: la separacin de los trabajadores de los medios de produccin. El segundo es la necesidad de controlar los "comunes", o sea todos los espacios autogestionados ante las incursiones que puede hacer el Estado para controlarlo o privatizarlo, de hacerlos crecer en nmero de personas y en actividades. Al segundo yo aadira que en los mm. ss. de izquierdas tenemos la obigacin no slo de llenar los comunes, de que aumenten en nmero de personas y en tipos de actividades y que puedan as abarcar todas las necesidades de la vida cotidiana del ciudadano; sino tambin de fundirlos, de unir indeleblemente aquellos que hagan actividades similares, aunque estn en provincias lejanas, y de crear puntos de conexin y cooperacin entre espacios de actividades diferentes. Adems de crear contactos y cooperacin fuerte con "comunes" de otros pases con actividades similares.

    Se trata de que creemos en Espaa alternativas reales, slidas, ms comunitarias e igualitarias, asamblearias y autnomas, ms dinmicas, con normas consensuadas por todos, ms cercanas a las necesidades de todos y cada uno de los individuos; se trata de crear alternativas a las empresas capitalistas, pero tambin a los municipios, a los barrios, a los centros culturales pblicos, a los centros educativos pblicos, de crear alternativas de conocimiento no-vertical, antiautoritario y mucho ms inclusivo para todas las realidades y todos los conocimientos, de crear alternativas a las universidades, en este ltimo caso para ensear e investigar todo aquello que no investiga la universidad, son muchos los temas sociales que no se estudian, sino tambin para corregir lo que investiga. Para poco a poco as acabar por tomar el Estado.

    Podemos hacer todo esto y es muy necesario para todos los ciudadanos. Podemos hacerlo, tranquila y discretamente, con estrategia; pero, sobre todo, siempre crticos y alerta al inters secular del Estado por controlar espacios sibilinamente y apropiarse de ellos, para finalmente anularlos

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