La campeona sudamericana supermosca, la invicta
entrerriana
Débora “La Gurisa” Dionicius se impuso
sobre la neozelandesa
Michelle
"Pressure" Preston, por puntos, en un amplio fallo unánime, tras
diez asaltos, y así conquistó el título mundial supermosca de la Federación
Internacional de Boxeo (FIB), que se encontraba vacante, en el combate estelar
de la velada desarrollada en la noche del sábado en el Club Huracán de Villaguay, Entre Ríos,
Argentina.
En un duelo entre las dos máximas clasificadas del
ranking mundial supermosca de la FIB, "La Gurisa", que llegaba como
N° 2 y tras defender su cetro sudamericano, dio una clase de boxeo a una
experimentada Preston, N° 1 del escalafón, y ex campeona neozelandesa y Asia
Pacífico supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Con inteligencia
para tomar las distancias, velocidad en los desplazamientos y una excelsa
precisión, anticipó cada movimiento de la neozelandesa con un punzante jab
zurdo arriba siempre seguido de sus ráfagas en forma de cross diestro al
mentón. Gracias a sus veloces y productivos movimientos de piernas, dejó
prácticamente cada envío de una tozuda visitante en el aire, para entrar y
salir, conmoviéndola con sus cruzados y ascendentes a la mandíbula. Ya en el
tercero, la hizo tambalear con un poderoso cross diestro al mentón, que repitió
en el cuarto para hacerla trastabillar. Tras brindarle una lección en los
siguientes, en el séptimo las izquierdas curvas y cruzadas a la mejilla
lanzadas por la entrerriana ocasionaron una marcada inflamación bajo el ojo derecho de la visitante. Pero lo peor estaba por venir. En el noveno, "La
Gurisa" castigó a placer a una valiente Preston que, lastimada, seguía buscando
una mano salvadora que nunca llegaría. La puso contra las cuerdas y descargó
feroces combinaciones de derechas e izquierdas cruzadas, curvas y ascendentes a
la mandíbula y mejillas de una sentida adversaria que dejó todo. Sobre el
final, repitió la faena y la sometió a placer, con profundos cross diestros al
mentón con que la tuvo conmovida ya por enésima ocasión, despertando la
sorpresa de los espectadores por la cantidad de castigo. Justo antes de la
campana, los cruzados de la dueña de casa al rostro volvieron a hacerla
tambalear. Por eso, tras la campana definitiva, no había duda de la decisión. Y
tras los guarismos, llegó el estruendoso festejo de todo el público, a
sabiendas que la corona quedaría en casa.
Las tarjetas de los jueces expresaron la diferencia
exhibida al decretar: César Ramos (Puerto Rico), 100-90, Ric Bays (Estados
Unidos) 100-90, y Oldemar Soto (Panamá) 99-91, todas en favor de Dionicius.
Para NotiFight.com, la victoria fue de 100-90.