La Yuma de Alexander Domínguez

Igual que de Xul Solar, de Alexander Domínguez se comenta que es inmortal. Es decir, que es eterno, lo que no es
una buena noticia para todas las personas. Hombre robusto, con una voz grave que se colorea al máximo cuando
habla de política, da la impresión de que, en efecto, nunca morirá sino que un día estallará en pedazos.

Un poco difícil de creer para quien lo ve en acción, pero Alexander nació en 1939, un 18 de junio; estudió idiomas,
dibujo y publicidad. Ha hecho televisión, periodismo, fotografía y cantado con los grupos de rock “Almas
vertiginosas” y “Nueva generación”. Su correo electrónico es vivalayuma@yahoo.com y ha inscrito legalmente la
organización no lucrativa “Y.U.M.A.”, es decir: “Yankyland United Movement of America”. Este proyecto, según
palabras de su creador, busca “…crear un ambiente de amistad y acercamiento entre las comunidades latinas
(especialmente la cubana) y los Estados Unidos de América…”

Alexander Domínguez sabe muy bien lo que es “La Yuma”: una plaza cubanizada por ese artículo tremendo que la
convierte en una utopía de viajeros deseantes. El tiene una hipótesis “originista”, un malabarismo interpretativo
acerca de por qué, señores, esto es “La Yuma”. Estas palabras mías solo buscan introducir las suyas. Escribe el
propio Alexander:

“Yuma es el nombre de un pueblo situado en el extremo suroeste del estado de Arizona, en los Estados Unidos,
bordeado por el Río Grande e incorporado como ciudad en 1914. Los primeros pobladores comenzaron a
localizarse allí en 1779 pero no hubo asentamientos serios hasta 1850, cuando se convirtió en una parada obligada
para los viajeros a California. La comunidad fue conocida como Colorado City antes de ser nombrada Yuma por sus
habitantes en 1873. En 1980 tenía 42.333  habitantes y en 1990 un total de 54.923.

El nombre o la palabra Yuma es utilizado por el pueblo cubano para identificar a los Estados Unidos de
Norteamérica debido a una de las últimas películas del género western que llegó a Cuba en los años 60. Dicha
película se tituló en español El tren de las 3: 10 a Yuma (en inglés 3:10 to Yuma). Esta cinta contaba la historia de un
pueblo cercano a Yuma que se convirtió en un infierno por las luchas entre sus habitantes, los pistoleros y los
asaltantes, en medio de la impotencia de las autoridades contra los forajidos. Poco a poco los pobladores fueron  
abandonando el lugar hasta quedar el Sheriff y unos pocos que se resistían a marcharse. Fue entonces que el tren
que pasaba por el pueblito rumbo a Yuma decidió hacer un último viaje que, de no ser aprovechado para la fuga,
dejaría a los  rezagados a merced de los bandoleros.”

Hasta aquí la exégesis de Alexander Domínguez. Una interesante reconstrucción que él mismo se encarga de
cerrar: “Corrían, como dije antes, los años 60 en Cuba cuando esta película fue exhibida. La ágil mentalidad criolla
asoció la fuga fílmica hacia Yuma con las distintas formas de escape de los cubanos hacia los Estados Unidos; es
decir, hacia La Yuma.”

Alexander Domínguez vive en Miami entre música y películas, alegatos políticos y coladas de café, historias y
anécdotas de antenoche;  pero no ha vuelto a hacer rock en los Estados Unidos. No está resentido, sigue dando
vivas a La Yuma y de vez en cuando levanta el brazo como tratando de saludar los trenes de vuelta.