- Vos sos una caradura, gorda.

- Y vos quers problemas, est visto.

- Contame de nuevo la historia, Tita.

- Te la acabo de contar!

- No importa contmela de nuevo! se re la mocosa sentada a los pies de mi cama. Yo me quiero reir, pero toso y la cara se me pone como una sanda del lado de adentro.

Llegu a las seis a la esquina de Perigard y no haba nadie. Estuve un buen rato parada juntando presin y por no pasar no pasaba ni el tiempo. Me cruc a un bar que hay en diagonal y me sent en la mesa de la ventana. Cuando apareciera el coso ste de las cartas me iba a escuchar un par de razones por las cuales no se deja a una mujer plantada.

As me lo dije: "a una mujer". No "a una seora". A una mujer. Y tambin me dije: "Ay, Romita, que jodida que ests".

Anoche estaba haciendo insomnio y se me ocurri que con la misma energa y actitud poda hacer algo productivo, como zapping. En lo que el dedo me entr en piloto automtico, de golpe solito par en una pelcula de guerra. Era de la segunda guerra mundial, en blanco y negro y haba ms tiroteo que en un baile de carnaval de las buenas pocas. "Con sta me duermo seguro", me dije y me arrebuj entre las sbanas. Ah, s: siempre quise escribir la palabra arrebujar.

El da del amigo es un asco. El da de la mujer es un asco. El da del tero es un asco, en caso que existiera. Todas esas fechas prefabricadas son una indignidad propia de una especie que no valora a los amigos, maltrata a la mujer y se olvida del tero los trescientos sesenta y cuatro das restantes del ao.

Qu hacer, entonces, cuando se acerca el da del amigo?

Durante febrero mi hermano agarr un trabajo temporal afuera, meti un bolso con ropa en el bal del auto y parti dejndome a la sobri por todo el mes.

Hay que entretener a un chico en vacaciones! Vienen con el chip motivacional pegado en algn lugar del cuero cabelludo y no bien se levantan de la cama te tironean para que los saques a "hacer alguna actividad".

Son el portero elctrico y pens "milagro!"

El portero est roto desde hace ms de una semana y cuando ya estaba considerando seriamente bajar una soga con un gancho por el balcn para que me suban las cosas del delivery, un sbado a la maana va y se recompone el aparato.

- Doa Romu... si la despert le pido que no se moleste - me gusta cuando la gente me conoce. - Pero ac abajo tiene una encomienda para usted.

-Sabs de qu nos olvidamos, corazn?

La sobri se queda rumiando del otro lado del telfono.

- De tomar un helado?

- De ir a la plaza a buscar pasto para los camellos!

En mi casa estn desterradas las telenovelas y todo intento del televisor de tenerte de rehn con el culo ensanchndose en la silla (la sobri se re). As y todo una es dbil, y por ah no te das cuenta, y sin siquiera proponrtelo te vas dejando llevar.

Este ltimo casi mes, con tal de tenerlo al nene en casa respirando el mismo aire y hasta conversando un poco y todo, no puse demasiada atencin, y en menos de lo que pita un rferi, estaba como imantada al aparato, gritndole a una manga de tipos en pantalones cortos que corran sin demasiado sentido de ac para all.

Esta vez me prepar en serio. Pas por el sper y me aprovision. Personalmente le alert al portero para que no se "traspapele" la revista del cable, y por si las moscas, me fui al kiosco y me compr todas las de deporte que traen el fixture. Y ah estn, alineadas en la mesita ratona.

Estoy cocinando para guardar, cosa rara en m, pero no quiero que nada me interrumpa mientras estn dando los partidos.

Nos encontramos un grupo de amigas del secundario, y nos fuimos a tomar un t con masas que no tard en mutar a cerveza y sndwiches de miga.

Somos las que quedamos de unas cuantas que ramos ms. Pero claro: los aos y la vida nos fueron lijando, sacando la punta y pasando la rejilla con un empecinamiento digno de abrillantar submarinos.

Hasta que como en el nombre de un disco que me gustaba cuando chica, slo quedamos tres.

- Vos sabs que es el estegosaurio tita Romu?

Estuvo helando toda la semana. Un chucho como para extinguir dinosaurios. Aprovechando, me la llev a la sobri a tomar chocolate con churros en una cafetera que es ms vieja que el desamor, donde me llevaba mi abuela cuando el mundo era una maravilla.

- No, pero seguro que vos me lo vas a decir.

Parece que a m me toca siempre esto de hacer las despedidas, y no me gusta ni un poco, ni nada. viste que la cancin dice que cuando un amigo se va queda un espacio vaco?

Bueno, cuando un cuadernito en internet se cierra, es un terrenito ms que gana el Spam.

Dilogo con la sobri.

- Muchas casas, hacen un barrio. Muchos barrios hacen una provincia, muchas provincias hacen un continente. muchos continentes hacen un pas. Muchos pases hacen un mundo, muchos mundos hacen un sistema solar y muchos sistemas solar hacen el universo.

Cada vez que la sobri cumple aos, al final de la fiesta empieza a descontar: "Y, Tita Romu? Cunto falta para mi prximo cumple?"

Y yo por jorobarla y verla enfurruarse arranco: "A ver... Te faltan 12 meses... te faltan 52 semanas... te faltan 365 das... Sabs cuntas horas te faltan? 8760 ...

Y cuando ya est con el ceo fruncido y rumiando, le aflojo: "No, en realidad te faltan 525.600 minutos."

Parece mentira: ya pasaron 31.536.000 segundos desde que me sub a La Estrella del Norte.

Al principio el agua fue un alivio. Trajo fresco, baj la la temperatura, atemper la ansiedad, abri las ventanas al sosiego.

Despus, cuando el cielo fue cayndose a pedazos y corri caudaloso por las calles del centro, anunciando entre truenos que el mundo tendr un final, mir hacia afuera y record que un da yo tambin voy a morirme.

Cuando yo aparec en la panza de mi mam, mis padres atravesaban una etapa romntica.

Pero no de amor, cario y esas cosas, sino del ms pedorro folletn. Para darles una idea: jugaban al radioteatro. Las conversaciones derivaban en performances - qu moderna que vengo no? - y las actuaciones terminaban sobre el colchn.

Como diran los yanquis: yo era un accidente esperando suceder.

Harta de que la mocosa se ponga a jugar con la puerta del ascensor, no me qued otra que contarle mi odisea del otro da. Lo vena evitando para que no le agarre pnico y me obligue a subir y bajar por escaleras, pero al final tuve que recurrir a lo nico que surte efecto: asustarla.

- ...Y me qued casi media hora encerrada en el ascensor con una pared enfrente, por un irresponsable que se puso a toquetear la puerta, igual que vos.

- Y no te mareaste?

Tanto joder, tanto abusar, al final la cama se rompi.

Antes de sentarme a escribir esto, estuve parada en el marco de la puerta, mirndola un buen rato. As, con el colchn arrumbado contra la pared, las sbanas apiladas a la que te criaste contra el piso, y la dentadura del elstico roto, mi dormitorio parece el baldo enorme de una tragedia menor.

- Mir tita Romu - la sobri se aprieta con los dos ndices. - Tengo tetas.

Ningn hombre me hizo desvestir tan rpido como el calor de estos das. Y los que dicen que el cuerpo desnudo es bello, no vieron el espejo del bao de mi casa. Qu bochorno.

Lo nico a favor es que aprovecho para jugar con la sobri. Como el nico aire acondicionado est en mi pieza, nos quedamos las dos en calzones tiradas como ballena y mojarrita en medio de la cama, y charlamos como loras si no podemos dormir.

Por razones de fuerza mayor, y otras que no vienen al caso y son muy ntimas, he decidido - no sin dolor - cerrar definitivamente el blog.

El de hoy es el ltimo texto. Espero que lo ledo hasta ac haya sido del agrado de los ms, y nadie se haya molestado cuando levant la voz o pegu alguna vez una puteada al revoleo.

Bueno, che, que todo se termina, tampoco es para tanto.

- Mercurio es pequeo y el ms caliente de todos - recorremos el permetro de la fuente as nos da un poco de vapor de agua - y es el que ms cerca gira alrededor del sol.

A la sobri le ensearon en la escuela el sistema solar, as que se imaginarn el tpico excluyente.

Hace mucho que no hablaba con Polo.

Bah, con Polo ya casi ni hablo. Casi siempre terminamos a las patadas y adems no nos podemos engaar. Las cosas importantes las decimos con los ojos y a una velocidad que est fuera del tiempo.

l suele decirme: "Romu, si furamos pareja de Truco, hace rato que habramos ganado algn mundial."

Despus de comer la torta, la Leti hizo caf. Ah me asust en serio. En el nico lugar donde gente inimaginada te sirve caf, es en los velorios.

- Mam, queremos decirte algo - arranc el nene. A m me empez a temblar, del hombro para abajo, todo lo que tuviera terminaciones nerviosas. Del cuello para arriba, lo dems me iba a explotar.

- Por favor, s suave, s gentil, no me lastimes.

Jams pens que iba a terminar dicindole esas palabras a un hombre, y que ese hombre iba a ser mi hijo.

Desde que volv del cerro, ac pasa algo raro.

No s muy bien qu es, no podra definirlo, todava se me escapa.

Pero yo no me chupo el dedo, y aqu hay algo raro, muy raro.

El almuerzo estaba listo, y yo sin ganas de conversar.

Le acerqu una silla y otro par de cubiertos.
Puse dos platos, abr la botella y serv en su vaso y en el mo.
Nos sentamos y comimos pausado, desmenuzando una historia de la que no bamos a conversar.

Me levant temprano a la maana, cuando las primeras luces me cachetearon la cara. Haba pajaritos y todo, y yo en bolas, envuelta en una sbana, como en un folleto de new age, pero bizarro.

Me met corriendo adentro, me lav los dientes, me di una ducha y me tir a leer. Pero no hubo caso. Es al vicio: eso del ao sabtico son puros cuentos.

Segn el horario que aparece en pantalla, faltan menos de diez minutos para que salga el mnibus, as que entr a hacer tiempo en un cyber.

Hacer tiempo o matar el tiempo? No, mejor hacer algo que matarlo. Pero para poder hacer primero hay que matar lo que nos impide hacerlo. Uy, Romu.

El silbido de la pava, que por lo general me irrita, hoy es una ayuda.

Me pas la noche en vela tratando de escribir, as que ya podrn imaginarse.

Vena de hacer unos trmites en el banco cuando vi a mi nene parado frente a una vidriera.

No lo llam, no me le acerqu, no cruc la calle. Me qued a la distancia, slo mirandolo moverse.

Y fue raro.

Escribo esta carta porque me da verguenza que recibas la original, tan amarilla y ajada. Eso pasa con las cartas que no se envan, que se posponen, que se dejan para el da siguiente, y se traspapelan o se cargan como una joroba del alma.