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“Los sectores estratégicos de la economía cubana continuarán en manos del estado”. Por: Enric Llopis*

20 marzo, 2013 admin
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spacer Entrevista a Yailenis Mulet, economista e investigadora del Centro de Estudios de Economía Cubana

Invitada por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí y por la Asociación de cubanos Caguairán, la economista e investigadora del Centro de Estudios de Economía Cubana en la Universidad de La Habana, Yailenis Mulet, ha impartido una conferencia sobre “Cambios económicos dentro del proceso de actualización del socialismo cubano”. Según la economista (especialista en Inteligencia Empresarial), uno de los objetivos de las reformas o Lineamientos es “mantener las grandes conquistas de la Revolución Cubana”; “Los sectores estratégicos y los medios de producción básicos para la economía continuarán en manos estatales”, añade.

¿Cómo describirías, a grandes rasgos, el estado de salud de la economía cubana?

En los últimos años (desde 2008), Cuba ha tenido que afrontar un amplio déficit fiscal por diferentes razones. En primer lugar, debido al escaso crecimiento económico; también, por el incremento de los programas de gasto social, a partir del año 2000, que se impulsaron para hacer frente a los impactos negativos del “periodo especial”; a ello hay que sumar los efectos devastadores de algunos huracanes y la eclosión de la crisis internacional, que empieza a afectar a la economía cubana. Otro factor de peso es el incremento del precio de los alimentos en los mercados mundiales. Todos estos elementos, y otros de índole interna y estructural, han generado una crisis de corto plazo en la economía cubana.

¿A qué elementos estructurales te refieres?

Por ejemplo, a la debilidad de la agricultura. Ten en cuenta que Cuba importa el 80% de los productos que consume la población. Por eso, para corregir la dependencia de los mercados internacionales y aumentar las exportaciones, es tan necesario un “despegue” de la producción en el campo. Otro tipo de debilidades tienen que ver con el decrecimiento del aparato productivo y del sector industrial. Pero actualmente vivimos un gran proceso de “reestructuración”, en el que se trata de actuar sobre muchos de estos factores.

Los Lineamientos. ¿A qué responden? ¿Cuáles son sus objetivos?

A partir de un análisis de las debilidades internas del sistema económico cubano, se definieron en el VI Congreso del Partido Comunista (abril de 2011) un total de 313 directrices que definen un programa de “reestructuración” económica. Los Lineamientos marcan tres grandes objetivos: el cambio de modelo de desarrollo y patrón de especialización; los cambios institucionales y organizativos; y buscar un equilibrio macroeconómico en el corto plazo. Estos factores han de abrir el camino a una nueva política económica y social para Cuba.

¿Qué medidas se han aplicado hasta el momento?

Se trata, e insisto en ello, de un proceso en el que se actúa sobre muchos factores. En una primera fase, que comenzó en abril de 2011, se adoptaron 33 medidas para flexibilizar y regular fórmulas como el trabajo por cuenta propia y el cooperativismo. Se implementaron, además, reformas agrícolas (por ejemplo, la entrega de tierras ociosas en usufructo a campesinos); cambios en el sistema de subsidios, que pasan de ser universales a focalizarse en los sectores más vulnerables). Otra medida de calado es el incremento del poder de los gobiernos locales.

Te referías a una primera fase de los Lineamientos. ¿Qué otras medidas se están implementando actualmente?

Nos hallamos, desde 2012, en una segunda fase de aplicación. Se están impulsando reformas de la empresa estatal, que continuará siendo el motor del desarrollo económico, pero ha de serlo aumentando su eficiencia. El objetivo es que estas empresas estén menos subordinadas al estado, que funcionen de modo más autónomo. Por otra parte, en 2013-2014 está prevista la unificación de las dos monedas, de manera que funcione únicamente el peso cubano (no el convertible). Se trata, así, de evitar la dualidad en la tasa de cambio. Otra iniciativa relevante es la nueva Ley de Impuestos para gravar a los sectores beneficiarios de las reformas (cooperativas y trabajadores por cuenta propia), entre otras muchas.

¿Se han considerado en las “reformas” criterios de sostenibilidad ambiental?

Es ésta una cuestión básica. En los años 90 se introdujeron los organopónicos o formas de agricultura suburbana, basadas en pequeños huertos cercanos a las ciudades, con el objetivo de que la gente pudiera producir y consumir en el entorno más próximo. Hoy han aumentado, y en los organopónicos se aplican técnicas de agricultura ecológica (abonos orgánicos, combate a las plagas con productos no agresivos, rotación de cultivos, uso de energías renovables, entre otros). Estas iniciativas se desarrollan por todo el país, en los entornos de pueblos y ciudades. Y el estado las fomenta porque son muy importantes para la alimentación del cubano. Además, los organopónicos han contribuido a los cambios en la dieta alimenticia del cubano. Ha incrementado la variedad de vegetales y hortalizas que se consumen (setas, variedades de coles y berenjenas y zanahorias, que se consumen mucho más que antes). Incluso disminuye poco a poco el consumo de arroz.

Derecho a la sanidad, a la educación, al deporte, al trabajo…Son las innegables conquistas de la Revolución cubana. ¿Opinas que corren algún riesgo con estas reformas?

El riesgo siempre está ahí, desde el momento en que se abre espacio a formas no estatales. Sin embargo, las medidas se aplican precisamente para mantener estas grandes conquistas. Se trata de eliminar las debilidades de la economía cubana y diversificarla, con el fin de hacerla menos vulnerable. Respecto a tu pregunta, la educación y la sanidad gratuita se mantienen para todos. Pero los subsidios –por ejemplo, para la alimentación o los materiales de construcción- se reformularán, de modo que los reciban quien los necesite (desde los 90 eran universales). Ten en cuenta que somos una economía pobre, pequeña, con escasos recursos naturales y muy dependiente de la economía exterior.

Los procesos de privatización de servicios públicos están causando estragos en los países de la Unión Europea y Estados Unidos. ¿Puede en algún momento ingresar la economía cubana en esta vía?

Los Lineamientos para nada implican procesos de privatización. De hecho, prohíben la concentración de la propiedad en manos privadas. Se admiten, como hemos comentado, las cooperativas y el trabajo por cuenta propia, pero la inversión extranjera sólo se permite en proyectos altamente costosos. Te cito ejemplos de sectores estratégicos gestionados por empresas públicas: Farmacia y Biotecnología, Azucarero, Energía y Minas, Petróleo y Turismo, entre otros.

¿Qué peso se le reserva al estado en la economía con la irrupción (aunque antes ya existían) de fórmulas como el cooperativismo o el trabajo por cuenta propia?

El estado era en Cuba, por una adaptación del modelo soviético, administrador de la economía y empresario. Hoy se trata de reducir su papel como empresario y reforzarlo como regulador e impulsor de políticas macroeconómicas. Aquello que no se considere esencial para la economía pasa a la gestión privada o de cooperativas. Pero los sectores estratégicos y los medios de producción básicos continuarán en manos estatales. También se está impulsando una mayor descentralización y poder de los gobiernos locales.

La isla camina a contracorriente en un mundo donde impera el capitalismo en su fase neoliberal. ¿Qué enseñanzas puede aportar Cuba?

Pienso que muchas. Por ejemplo, en la construcción del socialismo, el control de los medios fundamentales de producción, el mantenimiento de las conquistas sociales; la capacidad del gobierno y la población cubana de hacer frente a la presión exterior, sobre todo al bloqueo. En implicarse y formar parte de un proceso de integración en América Latina. Y en mantener la independencia nacional al lado del mayor imperio del mundo.

¿Y en cuanto a la crisis de la Unión Europea? ¿Representa el ALBA una alternativa?

En Cuba se ha apostado siempre por un mercado basado en los intercambios solidarios. Es lo que sucedía con la URSS y actualmente con el ALBA, donde se pretende la unión entre países que caminan hacia una alternativa económica, no cegados por la volatilidad de los mercados financieros y donde se incluya la posibilidad de acuerdos entre los gobiernos y la defensa de los intereses de las poblaciones. Esto es, sin duda, lo mejor para Cuba, un país pequeño, pobre y bloqueado. El modelo europeo, basado en los mercados de valores y las finanzas, ha de analizar alternativas como el ALBA y aprender la lección.

¿Puedes destacar ejemplos de estos intercambios solidarios?

Los intercambios con Venezuela en el marco del ALBA son los más conocidos. Cuba aporta médicos y maestros; Venezuela proporciona el petróleo a precio “solidario”. Me gustaría destacar además el trabajo de los científicos cubanos en China, país que procura a Cuba créditos e inversiones en infraestructuras. Ahora bien, no se trata de un trueque. Son, insisto, intercambios solidarios. Si, pongamos por caso, dejara de llegar petróleo de Venezuela, se mantendría de todas formas el acuerdo para enviar médicos. Resaltaría, asimismo, loa acuerdos de investigación con Brasil en el sector azucarero y las inversiones de este país en el puerto de Mariel.

¿Podría resentirse la economía cubana de un periodo de inestabilidad en Venezuela generado por la muerte de Chávez?

Esto sería entrar en el campo de las especulaciones. Pero te respondo. No supondría para Cuba otro “periodo especial”, pues existen vías alternativas. Estamos preparados para hacer frente a este supuesto. Hay asimismo otro factor que debemos considerar. Si Cuba descubriera yacimientos de petróleo en su territorio, las compañías norteamericanas y los grupos de presión podrían propiciar un acercamiento, lo que implicaría una flexibilización del “bloqueo”.

Otro factor “exógeno” que afecta económicamente a la isla es el bloqueo.

El “bloqueo” de los Estados Unidos tiene un impacto muy fuerte sobre la economía cubana, cuantificado en más de un billón de dólares. En los últimos años se ha producido un cambio en la política de “bloqueo”. Se ha hecho extraterritorial, es decir, se ha centrado en perseguir las transacciones financieras y los intercambios comerciales. Y se ha redoblado el “bloqueo”, además, porque Cuba intenta abrir su economía al exterior e incrementar sus intercambios comerciales con otros países, por ejemplo en el marco del ALBA.

Por último, ¿Cómo afecta la crisis internacional a una economía pobre y dependiente como la de la isla?

El turismo continúa aumentando, incluso el procedente de los países en crisis. Pero es cierto que los turistas gastan menos. Se han encarecido mucho las importaciones de productos alimenticios y los bienes para la industria. Piensa además que Cuba no puede utilizar el dólar para sus transacciones. Necesita, por tanto, divisas internacionales para importar. En cuanto a nuestras exportaciones, también se han visto reducidas por la crisis. Por todo esto, el gobierno trabaja en abrir vías de intercambio comercial, por ejemplo, con China, Rusia y principalmente en el ámbito del ALBA. Pero sobre todo, se potencian iniciativas locales dentro del país -con fuerte componente de innovación- en agricultura, industria y servicios.

Tomado de la publicación: www.rebelion.org

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“La idea de terrorismo internacional es la gran excusa para invadir países que no gustan a Estados Unidos”. Por: Enric Llopis

8 marzo, 2013 admin
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spacer Entrevista a Joan E. Garcés, autor de “Soberanos e intervenidos” (IV edición)

Con prólogo de Mario Benedetti, el jurista y politólogo Joan E. Garcés publicó en 2012 la cuarta edición del clásico “Soberanos e intervenidos: estrategias globales, americanos y españoles” (de. Siglo XXI). Garcés asesoró a Salvador Allende entre 1970 y 1973, hasta que el golpe militar encabezado por el general Pinochet frustró la obra de la Unidad Popular. Asimismo, en el año 1999 recibió el Premio Nobel Alternativo. El autor del libro también fue uno de los principales impulsores del proceso abierto en España contra el dictador Pinochet, además de actuar como letrado de la acusación particular en el caso de los desaparecidos españoles en Chile. Joan E. Garcés considera que Estados Unidos utiliza el ataque a las torres gemelas en 2001 “como pretexto para intervenciones preventivas o invasiones de países y derrocamiento de gobiernos que no son de su agrado”.

Los últimos fenómenos de intervención en América Latina con influencia de Estados Unidos: el golpe contra Chávez en Venezuela (2002), en Honduras contra Zelaya (2009) y el “golpe político” contra Lugo en Paraguay (2012) ¿Implican un nuevo modelo de intervención frente a lo que ocurría en los 70?

El recurso al intervencionismo mediante invasiones o la instauración de dictaduras ha tenido y tiene lugar en defecto de otros medios de control sobre los recursos y pueblos. La desestabilización y los golpes que mencionas tienen lugar después del regreso al gobierno de los Estados Unidos de los Republicanos (en 2001) y de prioridades estratégicas adoptadas al socaire del ataque a las torres gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001.

¿Guardan relación estos mecanismos con los implementados, por ejemplo, contra la Unidad Popular de Allende, que viviste de cerca?

En esos tres países latinoamericanos adaptaron, en efecto, pautas de desestabilización social y política aplicadas antes de 1990, por ejemplo, en Chile, entre la elección del Presidente Allende en 1970 y las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, que al ser resistidas por el pueblo chileno fueron sustituidas por la destrucción de las instituciones republicanas y un Estado-cuartel, de represión socioeconómica y control de la información cuyos efectos se prolongan hasta hoy. Por lo demás, en 2009 y 2012 la desestabilización de Honduras y Paraguay derribó a sus gobiernos dentro del marco constitucional formal, la de Venezuela en 2002 estuvo a punto de conseguirlo de no haber sobrevivido el Presidente de la República al golpe el tiempo necesario par que algunas unidades militares exigieran respetar la institucionalidad democrática y al Jefe del Estado.

¿Consideras que en países como Venezuela, Ecuador o Bolivia se ha ganado en soberanía con los gobiernos progresistas? ¿Es hoy América Latina menos protectorado de los Estados Unidos?

El incremento de su autonomía económica externa, el acceso al gobierno de movimientos populares organizados, los cambios en la situación internacional, abren a los pueblos oportunidades para elegir y desarrollar su sistema político y económico interno. A mayor autonomía cabe mayor soberanía.

China, India, Brasil, Rusia y Sudáfrica, los llamados BRIC. ¿Continúa vigente la hegemonía del imperio estadounidense o resulta una afirmación exagerada?

Mantener su hegemonía militar cuesta a EE.UU. invertir en defensa más que la suma de los presupuestos militares de los 25 Estados que le siguen en la escala de gastos de esta naturaleza. En la última década la aportación de Estados Unidos al presupuesto de la OTAN ha pasado del 62% al 73%. Cuanto más identifica Estados Unidos sus intereses con mantener el sistema capitalista mundial, más relativiza su predominio económico, político, cultural e ideológico.

¿Qué rol ha desempeñado, a grandes rasgos, la OTAN en los conflictos de Libia, Siria y la llamada “primavera árabe”?

Es conocida la síntesis que en 1949 hizo Lord Ismay, Secretario General de la OTAN, de los objetivos de ésta: “to keep the Russians out, the Americans in, and the Germans down“. La reunificación de Alemania en 1989, la disolución en 1991 de la URSS y de la organización militar del “Pacto de Varsovia”, han situado a la OTAN en contradicción con su razón de ser. El relente neocolonial de sus intervenciones fuera de las fronteras de sus Estados miembros, como en Libia, ha producido tal alarma en Asia que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no ha autorizado su repetición en Siria. A partir de 2004 los reveses estratégicos de Estados Unidos y el Reino Unido en Irak y de la OTAN en Afganistán marcan una etapa.

¿Cómo valoras la noción de “terrorismo internacional” en estos conflictos y en el de Mali?

El ataque a Nueva York en 2001 debió ser conceptualizado como lo que era, el resultado de la conspiración para delinquir de una organización terrorista, competencia de la policía judicial de los países afectados. En vez de ello se utilizó como pretexto para “intervenciones preventivas” o invasiones de países y derrocamiento de gobiernos que no eran del agrado del Presidente de los Estados Unidos, autodesignado gendarme, juez y ejecutor de matanzas colectivas o asesinatos individuales, de legitimación de torturas y de centros de detención clandestinos sin distinción de nacionalidades o fronteras. Las previsibles consecuencias negativas para la paz y el imperio de la ley internacional afloran por todas partes.

Afirmas en el epílogo de tu libro que la desintegración de la URSS y la reunificación alemana, a partir de 1989, han sobrepasado las estructuras que, desde 1945, impulsó EEUU para contener a la URSS (y a los partidos obreros de Europa occidental) y evitar un nuevo intento de germanizar Europa.

El motor de la unidad de la Europa capitalista entre 1947 y 1990 ha sido Estados Unidos, originalmente con ese fin. Desde 1990 ese motor es cada vez menos manifiesto; el de reemplazo germánico ha reactualizado relaciones centro-periferia, de dominación-subordinación, con raíces en el siglo XIX que se mantuvieron latentes bajo la hegemonía de Estados Unidos.

¿Vivimos actualmente en el IV Reich?

El agua no pasa dos veces bajo el mismo puente. Guarniciones de Estados Unidos siguen estacionadas en Alemania (y en otros estados). El fundador de la dinastía financiera Rothschild constataba en 1790: “déjame acuñar y controlar la moneda de una nación y no me preocupa quién escribe las leyes”.

¿Hay nuevos mecanismos de intervención que limiten o supriman la soberanía de los países, por ejemplo, en la Unión Europea? ¿Cuáles son?

El control del Euro por instituciones que responden a los intereses de un país somete a otros a una suerte de “protectorado”, sin necesidad de enviar legiones como la “Cóndor” (contra los republicanos españoles en 1936-1939).

También te refieres a que los empréstitos y la deuda, en la economía global, actúan como elementos de intervención y dominación. ¿Existen ejemplos históricos de negativa al pago de la deuda y que hoy pudieran seguirse?

Los hay; deben estudiarse y conocer su utilidad en las específicas circunstancias de tiempo y espacio. E innovar; sin ir más lejos lo ha hecho Islandia, tras recibir el impacto de la crisis financiera iniciada en 2007 en Estados Unidos.

En cuanto al estado español, citas la “operación Pólipo” en los años de la transición a la democracia. ¿En qué consistió?

La desclasificación de documentos de los servicios secretos alemanes –y de otros países- confirman su intervención en España y Portugal durante la sustitución del régimen de partido único (fascista) por el multipartidista que mantiene la soberanía de los pueblos ibéricos bajo control de Estados de prolongada intervención contra los republicanos españoles.

La izquierda afirma que la democracia (en este caso la española) se halla secuestrada por la banca y el capital financiero, que los partidos no son autónomos. Si es así, ¿mediante qué mecanismos? ¿Cómo se materializa esta subordinación?

El endeudamiento de las organizaciones, la cooptación-control de individuos en un sistema electoral de listas bloqueadas y cerradas en circunscripciones provinciales, desde 1977 ha sido concebido como uno de los medios de perpetuación de estructuras e intereses gestados durante la larga dictadura anti-republicana.

Por último, señalas que “el presente no es prisionero de la historia ni la ignora”. ¿Qué posibilidades ves de que se abran grietas, de romper la hegemonía del capital financiero para el estado español y los países de la periferia europea?

Las grietas son visibles, las alternativas menos. Construirlas requiere perseverancia en la voluntad, organización, coordinaciones internas e internacionales.

Tomado de la publicación: www.rebelion.org

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“Hay que construir un puente de confianza”. Por: Raúl Garcés y Rafael Hernández.

22 febrero, 2013 admin
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spacer Ni su autoridad como una de las intérpretes más lúcidas de la Cuba contemporánea, ni su magisterio como formadora de varias generaciones, ni el respeto con que se le escucha entre artistas y políticos, han modificado la humildad sobrecogedora con la que recibe a Temas. A ratos, deja escapar frases como «estoy tratando de aprender…» «comprendí la importancia de escuchar…», como si la experiencia, las vivencias y el conocimiento solo fueran para ella permanentes puntos de partida. Tal vez por eso acepta con tanta naturalidad nuestra invitación a conversar sobre asuntos polémicos de la realidad cubana actual. «No soy filósofa» —aclara, y de inmediato da riendas sueltas a un diálogo donde cultura, economía y política se entrecruzan frente a la claridad conceptual de la ensayista, la vocación pedagógica de la maestra y la sensibilidad de una mujer que, si bien está dispuesta a fundar caminos, también viene de vuelta de muchas batallas.

Temas: En un artículo suyo reciente («Algunas reflexiones sobre política cultural»),1 usted alerta que «la valoración económica del trabajo cultural no puede hacerse siguiendo los indicadores utilizados para la producción mercantil». ¿Cómo cree que podría conciliarse el discurso de la racionalidad, inherente a la actualización de nuestro modelo económico, e imprescindible a nuestra sobrevivencia como nación, con la necesidad cultural de no ponerle límites a la creación?

Graziella Pogolotti: Ambas cosas son conciliables, aunque, naturalmente, hay que encontrar las fórmulas para hacerlo. Me parece de una urgencia primordial buscar esas soluciones económicas, porque cualquier actualización del modelo económico implica impactos sociales inevitables; y tiene también sus efectos en el plano de la cultura y en el de la economía, es decir, en el plano de la espiritualidad; ese es, digamos, el punto crítico.

En primer lugar hay que plantearse líneas estratégicas que conduzcan a un análisis del comportamiento social, y por ende, cultural. Desde mi punto de vista, sociedad y cultura no se pueden separar. La cultura llega a su punto extremo de refinamiento en lo que estamos acostumbrados a llamar la creación artística y literaria, pero eso históricamente se ha sustentado sobre una relación orgánica con los procesos sociales. Sin entrar a una conferencia académica, hay que reconocer que esta relación no se revela solo en un país como el nuestro, sino en la historia de la civilización y la cultura en los países del llamado Primer mundo.

Si no se hace un diseño estratégico por lo menos provisional —como puede hacerse en un trabajo de investigación, partiendo de una hipótesis, que pueda ser modificada en el camino—, no podemos encontrar las soluciones que yo llamaría administrativas para el funcionamiento de la cultura.

En esa consideración estratégica hay que tener en cuenta también las características de esta islita pequeñita, situada al borde de un imperio poderoso, con todas las características de lo que Darcy Ribeiro llamó «pueblo nuevo», con una historia muy corta, donde la noción de la conciencia nacional surgió hace dos siglos y se fue perfilando primero en los sueños de los intelectuales antes de empezar a fraguar en las guerras de independencia; ese es un proceso muy peculiar que nosotros no podemos olvidar.

La Revolución se planteó ese problema, aunque no lo formulara en términos teóricos, sino mediante una sucesión de decisiones de orden práctico. En el caso tuyo, Rafael, tú fuiste alfabetizador y pudiste percibir, como muchos jóvenes de tu generación, el choque de culturas que había en este país, más allá de enseñarle sobre todo a los campesinos el manejo de la letra. No era solamente eso, sino descubrir las distancias abismales que separaban a unos muchachos de origen más o menos pequeño-burgués, procedentes de las ciudades, de esa otra realidad campesina, marginada, sin futuro. Por lo tanto, en el sustrato de la Campaña de Alfabetización, en 1961, aunque no fuéramos capaces de formularlo ninguno de nosotros, en términos teóricos estaba implícito ese vínculo cultura-sociedad.

Lo mismo sucede en las Palabras a los intelectuales, de Fidel. En ese discurso, cuando se está hablando de esa fórmula tan repetida, dentro y contra, lo que se estaba debatiendo en realidad era la cuestión del realismo socialista. La preocupación fundamental de los intelectuales del mundo de las letras y de las artes era que se impusieran normativas. Es lo que dice Virgilio Piñera en su intervención con aquello de que teníamos miedo; a lo que se le tenía miedo era al modelo estalinista del realismo socialista. Sin embargo, el cuerpo mayor del discurso de Fidel no se centra en eso, sino en una noción de participación en el proceso de disfrute y de creación de la cultura por parte de las masas: los instructores de arte fueron la fórmula, una de orden práctico que probablemente no tuvo los resultados más felices, precisamente porque tanto aquí como en otros referentes que pudiéramos tener entonces, se seguía pensando en la cultura artístico-literaria, y en última instancia en el trasplante de determinado modelo. ¿Qué hicieron los instructores? Organizaron el Movimiento de Aficionados. Les llevaban a los aficionados lo mismo que se estaba haciendo en el mundo profesional, en lugar de escarbar y buscar cuáles eran las fuentes vivas de su cultura.

En un momento en que la situación económica va a traer tantas repercusiones no solo en el plano de lo que llamamos cultura en un sentido estrecho, sino también en el plano de la educación, hay que rescatar estas fuentes vivas de la cultura, y también preservar el vínculo esencial entre tradición y cambio, porque si renunciamos a determinados elementos de la tradición y de la memoria, nos quedamos absolutamente desfasados, lo que quiere decir, para emplear un término popular, «nos serruchamos el piso».

Cuando yo escribí ese trabajo al cual ustedes están aludiendo, no pretendía abarcar la totalidad del problema, lo que hubiera sido imposible para mí, pero sí ilustrarlo con tres zonas fundamentales. Una de ellas es la conservación del patrimonio. Nosotros sabemos, en primer lugar, cuál es la situación del patrimonio edificado más allá de la experiencia de la Habana Vieja, porque ese patrimonio no está únicamente en la Habana Vieja. En ese sentido, habría, quizás, determinadas fórmulas. Una de ellas fue la que diseñó Eusebio Leal, consistente en beneficiar la preservación del patrimonio con las ganancias del turismo. En el plano del turismo, todas las islas del Caribe tienen sol, playa, y en algunos casos tienen unos ambientes absolutamente paradisiacos. Pero nosotros, por la historia y el tamaño de la isla, que es la más grande del Caribe, tenemos un importante patrimonio edificado en muchas ciudades, no solo en las siete primeras villas fundadas por Diego Velázquez.

Ahora bien, hay otra zona del patrimonio que está en una situación absolutamente crítica, el patrimonio documental. Ese es un problema que yo he tocado con las manos en la prensa, que está hecha polvo en nuestras bibliotecas, y en libros publicados, tanto en el siglo XIX, como en el XX. Esa preservación requiere una subvención del Estado; se trata de una inversión que tiene que hacer este, para preservar esa dimensión cualitativa, no mensurable, pero que tiene que ver con la esencia de nuestra historia, de lo que queremos defender, si no nos queremos convertir en una factoría. El otro tema que yo abordé tenía que ver con la necesidad de plantearse los problemas y las soluciones de una manera integral. Esa es una palabra que usamos constantemente, pero como tantas cosas, no aplicamos. Yo usaba el ejemplo que tenía más cerca, el del mundo del libro y la literatura. La institución literaria está desarticulada por completo; las editoriales preparan la edición de libros más o menos bien, pero esa acción editorial está desvinculada de la investigación literaria, y lo que es más grave todavía, de la educación. Mediante un proyecto de la Fundación Carpentier, empezamos a hacer una contribución a la superación de los profesores de los preuniversitarios. Yo acabo de descubrir que este es el único país del mundo occidental donde no se estudia la literatura nacional. ¿De qué estamos hablando cuando nos referimos al sentido de pertenencia, si nos encontramos con un programa de literatura en el cual la literatura cubana está subsumida en la universal, y que se pasa, por ejemplo, de estudiar a José Martí, solo como periodista, para abordar inmediatamente después a Franz Kafka?

Y el último tema que yo abordé fue el del llamado «trabajo comunitario», en busca de una posible sustentabilidad que no responda básicamente a mecanismos mercantiles. Desde mi punto de vista, lo esencial en este trabajo es que no se puede establecer un modelo único aplicable universalmente, sino hay que partir de la base hacia arriba —y no al revés. Un ejemplo es lo que pasa con las parrandas de Remedios. Para los remedianos presentes y ausentes, es el acontecimiento fundamental en el curso del año. Como se trata de una competencia entre dos barrios, se está trabajando en secreto durante el año entero en un proceso que es extraordinariamente creativo. No sé si en estos momentos reciben alguna subvención, pero a través de los años ellos han encontrado recursos y apoyo en su propio entorno inmediato. En alguna instancia, hay que contar con lo que se deriva del turismo como beneficio tangible en una zona que incluye Remedios, Caibarién, los cayos, donde se puede ofrecer una satisfacción múltiple del entorno, y en una ciudad que tiene, además, un carácter colonial.

Si nosotros sumamos en la base, en el barrio, la cantidad de instituciones culturales, deportivas, educacionales que hay, encontraremos una infraestructura deteriorada, o al menos, parcialmente deteriorada. ¿No es posible una

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