Semillas y plantones

Ayer fuimos a visitar el primer proyecto que hicimos en casamasomenos, un edificio de 8 viviendas en Alcalá de Guadaira porque Hernán, un arquitecto argentino que vive en Barcelona, va a hacer un reportaje para el periodico El Clarín. Llovía a mares. En la escalera hablábamos con él de lo que queríamos conseguir con el proyecto cuando empezamos, de abrir los procesos de diseño a los usuarios, preguntándonos si en plena burbuja especulativa de vivienda podíamos hacer algo para facilitar el acceso a la vivienda para la gente joven, de que las casas se hicieran más indeterminadas y menos terminadas para que cada uno pudiera terminarla según su modo de vida y posibilidades económicas, etc. Hacía tiempo que no hablábamos con ningún vecino del edificio, sabíamos que alguno se había mudado y alguna casa estaba en venta, habíamos conseguido el teléfono de una pareja que se había mudado hace poco y pensábamos que quizás podríamos entrar en alguna casa para que Hernán las viera.

Volver a visitar un proyecto que uno ha hecho es amargo a veces, vamos con ojos de arquitecto mirando si hay algún desperfecto, si la pintura está bien, en resumen si el objeto se mantiene en pie...pero rápidamente todo eso pasó a un segundo plano. Ella nos abrió la puerta y nos invitó a entrar, recorrimos la casa un poco avergonzados por casi haberlos despertado y al terminar él nos dijo ¿Queréis un café? Estuvimos los 5 charlando sobre la casa, ellos estaban contentos y muy a gusto, tanta luz, el poder abrir las ventanas y que cruzara el aire fresquito por la noche en verano, cómo la gente que venía tenía la sensación de que fuera más grande de 60 metros cuadrados. Les decíamos que para nosotros, los arquitectos tenían que aprender mucho de como vive la gente, que siempre piensan que lo saben todo y que no es cierto, y ellos nos decían que muchas veces la gente cree que sabe como quiere vivir pero que realmente lo que tiene son ideas preconcebidas.

Hablamos de la especulación, de la supuesta necesidad de comprar una vivienda, de las ventajas del alquiler, etc. Entender y experimentar la vivienda como un proceso que empieza antes del diseño y que no termina cuando se acaba la obra nos parece fundamental y necesario para la profesión de arquitecto/a en nuestra sociedad. Es muy saludable y se te quitan muchas tonterías de la cabeza. Nos contaron que estaban empezando a montar un huerto en las terrazas, nos enseñaron lo que estaban preparando y cuando nos despedimos en la puerta, nos regalaron 2 plantones de lechuga. Durante los primeros años en los que empezamos con lapanaderia, sobre el sofá de segunda mano que compramos, en la pared, pusimos una pegatina que decía: ¿cual es el valor que hace que el trabajo tenga sentido para tí? Este: Este es el valor. Este plantón de lechuga es para nosotros más que una casa...

Gracias!! -_+

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