Cuando nace el bebé, pensamos en su futuro, proyectamos sobre el mismo, e indiscutiblemente, nos ilusionamos con ello. Por ello, estimular al bebé desde el nacimiento, es muy importante en la adquisición de estos logros. Un niño estimulado desde edades tempranas, es un niño competente a nivel cognitivo en edades mayores.
Sin lugar a dudas, el mejor vehículo para acceder a la estimulación temprana, lo constituye el juego, ya que el juego es una actividad que el bebé o niño realiza de manera natural, casi sin esfuerzo y con gran placer. De aquí, que desde hace algún tiempo, las empresas dedicadas a la confección de juegos y juguetes hayan pensado en una variante pedagógico – didáctica.
Entre los juguetes que habitualmente destinamos a esta labor, se hallan los cubos apilables, los cuales trabajan sobre las áreas de clasificación, ya sea de tamaños o colores. Si se desea complejizar un poco más esta tarea, se pueden anexar formas diferentes. Este tipo de juguetes, son recomendables a partir de los 6 meses de edad.
Otra opción la constituyen los juegos de encastre. Las mesas didácticas y alfombras didácticas con formas diferentes para encastrar, son una excelente iniciativa para trabajar la atención y el desarrollo cognitivo.
Los puzles y rompecabezas son buenas fuentes de creatividad, trabajo de pensamiento y desarrollo de la paciencia (que aunque parezca un tema menor, es fundamental para adquirir nuevos conocimientos).