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Hace tiempo que tenía intención de escribir acerca de la mantilla española. Pensaba hacerlo la pasada primavera, cuando la temporada de bodas acecha y algunas mujeres sienten la tentación de atreverse por primera vez a “ir de mantilla”. He de confesar que el empujón definitivo me lo ha tenido que dar una extranjera. Al ver las fotografías de Sarah Jessica Parker el pasado sábado en la revista “S Moda”, ataviada con complementos de lo más “cañí”, me reafirmo una vez más en que no hay mezclas imposibles, sino buen gusto y exquisito tacto a la hora de combinar tejidos, texturas, colores y formas. Si no, sería imposible aunar falda de cuero con peineta y mantilla y salir así de airosa.
Personalmente no soy fan de la mantilla española, aunque reconozco el valor de las mujeres que saben lucirla con estilo. Puede parecer sencillo, pero no lo es en absoluto: peineta, teja, broche.... Te invito a descubrir sus secretos en lo que podríamos llamar “Manual de la perfecta portadora de mantilla española”
1º EL EVENTO
Si te decides a llevarla, lo primero que tienes que pensar es que debes adaptar tu mantilla al acto de que se trata, es decir, respetar ciertos códigos no escritos que harán que no desentones.