Lo primero que debemos tener en cuenta es que cualquier plan que creemos para nuestro hijo debe ser realista, manteniendo los pies en el suelo ofreciéndole unas pautas de acción que les aporten buenos resultados.
Vivimos en una época de incertidumbre, de paréntesis entre dos épocas. El ser humano está evolucionando hacia una nueva concepción de sí mismo, hacia un nuevo modelo individual y social, determinado por los cambios rápidos que se están produciendo en las últimas décadas.
¿Dónde se encuentra realmente el origen de esta actitud? ¿Para que sirve realmente? ¿Pero sirve realmente para algo? ¿Se trata de un comportamiento con marcadas raíces culturales o simplemente es algo instintivo? ¿Qué mecanismos cerebrales entran en juego ante una situación pudorosa?
A lo largo de nuestra vida, inevitablemente pasamos gran parte de nuestro tiempo interactuando con los demás. Realmente durante este tiempo la calidad de nuestra vida depende de nuestra capacidad de comunicarnos, de transmitir nuestro mensaje a los demás, independientemente de cual sea el mensaje que queramos transmitir y del entorno en el que estemos transmitiendo dicho mensaje.
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: