Nicosia es la única capital del mundo que permanece dividida en la actualidad. La llamada Línea Verde, una barrera de alambradas y puestos de vigilancia, separa la zona gregochipriota de la turcochipriota desde 1974. Para cruzar de una zona a otra hay que pasar obligatoriamente por un check-point.
La tensión entre los militares grecochipriotas y turcos se ha relajado mucho en los últimos años, pero todavía hay que tener cuidado al sacar fotografías en la zona fronteriza (pueden confiscarte la cámara) y, sobre todo, evitar cruzar la frontera por lugares no autorizados. No solo porque puedes acabar detenido, sino porque la estrecha franja de 'tierra de nadie' que separa ambas zonas sigue repleta de minas.
Un ejemplo, sin embargo, de la distensión actual del conflicto es la comunidad de jóvenes okupas que se han instalado en esa 'tierra de nadie' para reclamar la unión del país. Por las noches cantan canciones al calor de una hoguera y el olor a marihuana llega hasta las narices de los militares de ambos bandos, que los observan con condescendencia.
Recorrer la Línea Verde por ambos lados es, seguramente, el mayor atractivo de Nicosia. Es sorprendente ver cómo destartaladas callejuelas desembocan en una alambrada o en una muralla de bidones de arena, de color azul y blanco en la zona griega; rojos en la parte turca.
En un lado ondean las banderas de Turquía y de la República Turcochipriota junto a esbeltos minaretes. En el otro, las banderas griega y chipriota lucen al lado de los campanarios de las iglesias. Todo muy fotogénico, pero los militares encargados de vigilar la frontera suelen estar muy aburridos en sus garitas, y no merece la pena darles motivos para que te quiten la cámara sacándoles una foto carnet.
Banderas griega y chipriota pintadas en una calle cercana a la Línea Verde.
La barricada de bidones de arena marca la división de Nicosia.
La garita de un militar grecochipriota en la Línea Verde.
Otra barrera divide una calle de Nicosia.
Bidones pintados con los colores de la bandera griega en la Línea Verde.
Un minarete y las banderas turca y turcochipriota ondean al otro lado de la Línea Verde.
La frontera interior de Nicosia vista desde el lado turcochipriota.
Cartel que prohíbe las fotos en la Línea Verde.
Nosotros nos alojamos en la zona grecochipriota, la más animada para cenar o tomar algo por las noches. Elegimos el Sky Hotel, un viejo hostal bien situado en las callejuelas de Laiki Yitoniak, el barrio más bonito de la ciudad antigua, totalmente restaurado y repleto de restaurantes, aunque todos enfocados al turista. La habitación doble con baño privado, wifi y desayuno nos costó 60 euros.
La calle de nuestro hotel en el barrio de Laiki Yitoniak.
Bonita fuente en los alrededores del hotel.
Terraza de un restaurante de Laiki Yitoniak.
Otra callejuela del barrio más popular de Nicosia.
La calle Ledra, que atraviesa la ciudad antigua de norte a sur, es la principal vía comercial de Nicosia. Está llena de tiendas, restaurantes y bares con terraza, siempre repletos de gente. Al final de esta calle se encuentra el check-point para cruzar a la zona turcochipriota. Al lado del puesto fronterizo hay una vieja taberna muy agradable para cenar.
La animada calle Ledra.
Turista oriental flipando con el enorme kebab.
Paseando por la calle Ledra.
El check-point de la calle Ledra, al fondo.
Otros iconos de la parte griega de Nicosia son el palacio del Arzobispo, de estilo veneciano, y la colindante iglesia bizantina de Panagia Chrysaliniotissa, una de las más antiguas de la capital chipriota. También destaca la mezquita de Omeriye, levantada sobre una vieja iglesia bizantina. Enfrente están los antiguos baños Omeriye, restaurados y todavía en funcionamiento en la actualidad. Las murallas venecianas que rodean la ciudad antigua son otro icono de Nicosia.
Mezquita de Omeriye.
Los baños de Omeriye.
Callejuela en la zona grecochipriota de Nicosia.
Iglesia bizantina.
Fachada del Palacio del Arzobispo.
Muchas calles de Nicosia presentan un aspecto destartalado.
Grafiti en otra calle de la zona griega de Nicosia.
Muralla veneciana.
Monumento a la Libertad, conmemora la independencia de Chipre.
Al otro lado de la Línea Verde, en la zona turca de Nicosia, destaca la impresionante mezquita de Selimiye, cuyos minaretes son visibles desde prácticamente todos los rincones de la ciudad, incluida la parte grecochipriota. Los otomanos aprovecharon una catedral gótica para transformarla a su gusto en la actual mezquita. Tampoco hay que perderse el Buyuk Han, un magnífico claustro rodeado por dos pisos de arcadas, que en su día fue el centro de la actividad comercial de Nicosia.
Vale la pena cruzar a la zona turca por la mañana y perderse por las callejuelas que rodean el check-point, que se transforman en un bazar con puestos de ropa, kebabs y todo tipo de mercancías.
La tensión entre los militares grecochipriotas y turcos se ha relajado mucho en los últimos años, pero todavía hay que tener cuidado al sacar fotografías en la zona fronteriza (pueden confiscarte la cámara) y, sobre todo, evitar cruzar la frontera por lugares no autorizados. No solo porque puedes acabar detenido, sino porque la estrecha franja de 'tierra de nadie' que separa ambas zonas sigue repleta de minas.
Un ejemplo, sin embargo, de la distensión actual del conflicto es la comunidad de jóvenes okupas que se han instalado en esa 'tierra de nadie' para reclamar la unión del país. Por las noches cantan canciones al calor de una hoguera y el olor a marihuana llega hasta las narices de los militares de ambos bandos, que los observan con condescendencia.
Recorrer la Línea Verde por ambos lados es, seguramente, el mayor atractivo de Nicosia. Es sorprendente ver cómo destartaladas callejuelas desembocan en una alambrada o en una muralla de bidones de arena, de color azul y blanco en la zona griega; rojos en la parte turca.
En un lado ondean las banderas de Turquía y de la República Turcochipriota junto a esbeltos minaretes. En el otro, las banderas griega y chipriota lucen al lado de los campanarios de las iglesias. Todo muy fotogénico, pero los militares encargados de vigilar la frontera suelen estar muy aburridos en sus garitas, y no merece la pena darles motivos para que te quiten la cámara sacándoles una foto carnet.
Banderas griega y chipriota pintadas en una calle cercana a la Línea Verde.
La barricada de bidones de arena marca la división de Nicosia.
La garita de un militar grecochipriota en la Línea Verde.
Otra barrera divide una calle de Nicosia.
Bidones pintados con los colores de la bandera griega en la Línea Verde.
Un minarete y las banderas turca y turcochipriota ondean al otro lado de la Línea Verde.
La frontera interior de Nicosia vista desde el lado turcochipriota.
Cartel que prohíbe las fotos en la Línea Verde.
Nosotros nos alojamos en la zona grecochipriota, la más animada para cenar o tomar algo por las noches. Elegimos el Sky Hotel, un viejo hostal bien situado en las callejuelas de Laiki Yitoniak, el barrio más bonito de la ciudad antigua, totalmente restaurado y repleto de restaurantes, aunque todos enfocados al turista. La habitación doble con baño privado, wifi y desayuno nos costó 60 euros.
La calle de nuestro hotel en el barrio de Laiki Yitoniak.
Bonita fuente en los alrededores del hotel.
Terraza de un restaurante de Laiki Yitoniak.
Otra callejuela del barrio más popular de Nicosia.
La calle Ledra, que atraviesa la ciudad antigua de norte a sur, es la principal vía comercial de Nicosia. Está llena de tiendas, restaurantes y bares con terraza, siempre repletos de gente. Al final de esta calle se encuentra el check-point para cruzar a la zona turcochipriota. Al lado del puesto fronterizo hay una vieja taberna muy agradable para cenar.
La animada calle Ledra.
Turista oriental flipando con el enorme kebab.
Paseando por la calle Ledra.
El check-point de la calle Ledra, al fondo.
Otros iconos de la parte griega de Nicosia son el palacio del Arzobispo, de estilo veneciano, y la colindante iglesia bizantina de Panagia Chrysaliniotissa, una de las más antiguas de la capital chipriota. También destaca la mezquita de Omeriye, levantada sobre una vieja iglesia bizantina. Enfrente están los antiguos baños Omeriye, restaurados y todavía en funcionamiento en la actualidad. Las murallas venecianas que rodean la ciudad antigua son otro icono de Nicosia.
Mezquita de Omeriye.
Los baños de Omeriye.
Callejuela en la zona grecochipriota de Nicosia.
Iglesia bizantina.
Fachada del Palacio del Arzobispo.
Muchas calles de Nicosia presentan un aspecto destartalado.
Grafiti en otra calle de la zona griega de Nicosia.
Muralla veneciana.
Monumento a la Libertad, conmemora la independencia de Chipre.
Al otro lado de la Línea Verde, en la zona turca de Nicosia, destaca la impresionante mezquita de Selimiye, cuyos minaretes son visibles desde prácticamente todos los rincones de la ciudad, incluida la parte grecochipriota. Los otomanos aprovecharon una catedral gótica para transformarla a su gusto en la actual mezquita. Tampoco hay que perderse el Buyuk Han, un magnífico claustro rodeado por dos pisos de arcadas, que en su día fue el centro de la actividad comercial de Nicosia.
Vale la pena cruzar a la zona turca por la mañana y perderse por las callejuelas que rodean el check-point, que se transforman en un bazar con puestos de ropa, kebabs y todo tipo de mercancías.
Bazar en las calles de la zona turcochipriota de Nicosia.
La gran mezquita de Selimiye.
Terraza en una taberna turcochipriota.
El claustro del precioso Buyuk Han.
Conversando en el Buyuk Han.
Abuelo leyendo el periódico.
Las arcadas que rodean el Buyuk Han.
Destartalada calle de la zona turca de Nicosia.
Ropa tendida en la calle.
Señal de Stop en turco.
Un minarete aparece al fondo de la calle.
Monumento a Ataturk, omnipresente en la República Turcochipriota.
4 comentarios:
Un buen recorrido por una ciudad sorprendente. Aunque en los países nórdicos Chipre sea sinónimo de sol, playa y "todo incluido", la isla tiene muchísimos rincones llenos de Historia, leyendas, arte y paisajes sorprendentes.A nosotros nos impresionó cruzar la Línea Verde... Y nos cautivó la zona turca. Dicen que Shakespeare se inspiró en el Castillo de Famagusta, en esa zona de la isla, para escribir su Otelo! ;-) Seguiremos atentos a vuestro blog!
Como siempre poneis un nivel muy alto al resto de los blogueros viajeros, pocas entradas pero de altisima calidad; el ultimo post de Kenia impresionante y chipre muy buen relato, lo que me gusta de vuestra manera de relatar es que no meteis rollos personales, ni fotos vuestras (en plan facebook) sino la narración y la experiencia con muchos detalles que luego puede servir de guia a cualquier viajero...saludos animo.
rinconesdelatierra.blogspot.com
Hola Viajes de Primera. La Línea Verde es sorprendente, sobre todo partiendo por la mitad Nicosia. A Famagusta no fuimos, pero de la zona turca nos gustó mucho la Península de Karpas. Saludos!
Muchas gracias viajero por tu comentario!! Intentamos que nuestros relatos sean útiles para otros viajeros. Saludos!
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