Mi Bar ruina favorito es El Szimpla Kiskert es uno de los ‘bares ruina’ más conocidos de Budapest y posteriormente descubrí que hay tres con este nombre en diferentes lugares de la ciudad. Se llaman bares ruina porque están dentro de viejos edificios cuya estructura se han dejado tal cual, aunque cumplen con todas las medidas de seguridad para tener un bar.
A mí este en especial, me ha encantado, aunque estuve en otros, fundamentalmente en el Szimpla suena pop inglés casi todo el tiempo, que es lo que más me gusta, aunque hay dos ambientes dentro del mismo bar, uno donde suena música pop y otro en la que pinchan electrónica. El día que estuve yo pincharon muchísimo britpop, recuerdo
The only one I know de The Charlatans,
Boys and girls de Blur y
I am the walrus la versión de Oasis. Cada uno va a su ritmo, se baila bastante.
El público es de lo más mezclado. Yo fui un viernes y pude ver desde estudiantes de Erasmus hasta ejecutivos con corbata. Es muy fácil conocer gente, sobre todo desde que empiezas a hablar en un idioma que no sea húngaro. Prácticamente nadie habla español, pero todo el mundo chapurrea, o habla correctamente, en inglés.
La entrada es libre, y las copas son relativamente caras. Yo me tomé un mojito, enorme, por algo menos de 6 euros y ese es el precio que rondan los combinado. No era el mejor que he tomado porque la hierbabuena no era muy fresca, pero se dejaba beber y estaba muy bien presentado. Aunque la cerveza y los refrescos son más baratos, alrededor de 2€ y también son bastante grandes. Del tamaño de una pinta, las cervezas nacionales. Hay 3 barras donde solicitar la bebida, en una de ellas solo te ponen combinados, están muy de moda, las caipiriñas y por supuesto la ginebra, la más fácil de encontrar allí y la que más abunda es la
Citadelle. Dentro de este bar tienen horno donde hacen pizzas, te venden porciones enormes por menos de 2€. Lo más destacable es la decoración, aunque la parte del bar que más gente alberga son los dos patios interiores, cubiertos con una carpa de circo. La mayoría de la gente va con el abrigo puesto, porque aunque hay setas de calor, no hay apenar perchas donde dejarlos. Una de sus salas está decorada con luces de neón y televisores que no emiten nada, en esa sala ponen música electrónica.
El concepto es de pub y de estar de pie, pero si tienes suerte te puedes hacer con una mesa, ya que no se pueden reservar. El que la ve se la queda y tendrás que darte prisa porque allí no es frecuente el ir cambiando de bar.
Como casi todos los bares de Budapest, abre temprano, sobre todo este que además de un bar es un centro cultural, y cierra cuando se va el último.
Está situado en Hegedű utca 3 cerca del Hotel Star INN y del edificio de la
Ópera. Se puede llegar en metro a la parada de
Oktogon y en autobús.