Me apasiona la tecnología. Es algo que despierta en mí un interés que pocas cosas más consiguen. Cada nuevo gadget, cada nueva funcionalidad, cada nueva web o aplicación móvil hacen que salga corriendo a trastear con ellas como un niño pequeño hasta que consigo entender el qué ha motivado ese desarrollo y el cómo lo han conseguido. Y pensar que ahí, detrás de todas esas piezas, sólo hay bits, una cantidad ingente de ceros y unos que hacen que todo sea posible.
Pero la tecnología por sí misma es demasiado gris. No es divertida hasta que una persona interactúa con ella. Las personas y cómo interactúan con la tecnología sí es algo interesante. Desde el punto de vista puramente técnico, las personas y su comportamiento son la única variable que los desarrolladores no pueden controlar. Y como tal, es preferible eliminarla de cualquier planteamiento, análisis o desarrollo porque lo convierte en imperfecto. Pero desde un punto de vista menos racional y más humano, merece la pena entender qué pasa por la mente de las personas al enfrentarse a una web o a una aplicación. Y no sólo me refiero al “¿y ahora qué hago?”, sino de las propias emociones y sensaciones que experimenta cualquier persona al enfrentarse a un sitio web: desconcierto, interés, desesperación, ira, satisfacción… Algo que comúnmente se conoce como Experiencia de usuario, aunque en realidad va más lejos.
Buscando emociones en cualquier diccionario se puede encontrar la palabra delirios como sinónimo. Quizá demasiado extremista, pero ahí es donde entra en juego la tercera de mis pasiones: la creatividad. La creatividad no entendida desde el punto de vista de publicidad o de marketing, sino como el resultado de mirar un prisma desde 2 perspectivas diferentes:
- Por un lado, el no asumir lo que todo el mundo da por bueno, el pararte a pensar en cómo mejorar algunas soluciones, el pensar en cómo mejorar los procesos y la experiencia de usuario, el probar sin miedo al error. En algunos sitios se conoce como pensamiento lateral.
- Por otro lado, el interés por los elementos visuales y de diseño que rodea la capa tecnológica haciendo que sea más atractiva: el diseño gráfico, la combinación de colores, la tipografía, la armonía en los elementos que se presentan por pantalla…
Y así se cierra el círculo. Bienvenidos a Delirios en Bits.