(traducción semiautomática del original en catalán gracias a transledium)

Vengo del concierto que los mallorquines Antònia Font han hecho al Auditorio de Girona contagiado de la fuerza y vitalidad que destilan estos chicos en directo. Sólo me puedo quejar de la aberración que representa meter un grupo pachanguero y de salta-y-baila en un auditorio serio de música clásica, cuando el lugar ideal para oírlos es la fiesta mayor de cualquier pueblo. Me pasó lo mismo cuando hace un par de años fui a ver a Fito & Fitipaldis en el Palau de la Música Catalana. Disfrutas, pero alguna cosa no encaja. Sin embargo, los Antònia Font han conseguido que al final del concierto todos nos pusiéramos de pie y a bailar las últimas cinco canciones.

El concierto ha empezado con un repaso de muchas de las canciones del último disco Batiscafo Katiuscas, un disco más pop, como homenaje a algunos sonidos e iconos de los años 80, y más relajado que los anteriores. Las siguientes canciones que han tocado, pertenecientes al disco anterior Taxi, me han recordado la obra maestra que es este disco, con su cúmulo de referencias astronómicas, científicas, informáticas y futuristas. El concierto se ha intensificado a partir de la segunda hora con las canciones más fiesteras de los cinco discos, especialmente los tres primeros.

Total, nos lo hemos pasado muy bien, y para la siguiente a ver si podemos saltar y bailar delante del escenario.